Conversación casual escuchada en una terracita del Mercado de Colón:
-Mama qué le pasa a ese señor (el niño señala a un mendigo que se golpea la sién).
-Nada contesta la madre (apurando un Martini) eso le pasa a los que no obedecen...
Dejando a una lado el exceso ejemplarizante, y en general, toda la cuestión pedagógica, no pude dejar de observar el matiz estremecedoramente cierto y el fino diagnóstico de la madre acerca del funcionamineto social y en particular del desvío meritocratizante de nuestro actual Estado social de derecho y su corolario: nuestro peculiar bienestarismo social; se me ocurrió, al hilo de la brutalidad moral de esta señora, otra excusa para volver a la primera entrada de este blog (la de "Jeder für sich...") y de paso colgar una foto de la hermosa película de Truffaut:
Víctor del Aveirón, Gaspar Hauser, el niño oso de Lituania... la extraordinaria prosa de Jean Itard se torna obsoleta. No fueron propiamente niños lobo o niños selváticos, al menos no de forma tan acabada como la que procura la, así denominada, "familia tradicional"... transmisora del actual, pero muy hobbesiano, proceso de socialización basado en la lucha, el éxito y la competencia, depositado hoy natural y civilmente en un hombre lobo, una mujer pantera, y un colegio de pago con clases en inglés.