viernes, 18 de mayo de 2012

fight club: un texto de hjalmar newmark


le he pedido prestado a hjalmar newmark, profesor del master de filosofía del derecho de la universidad autónoma de occidente de cali, colombia, un texto pensado desde la imagen, desde bogotá este teórico, socio-filósofo del derecho, traductor de luhman, lúcido  autor de "de la legalidad al sistema del derecho" no ha sabido decirme no: newmark además de conocer, dar a conocer y leer muy bien la realidad sociologico jurídica es una persona generosa



Fight Club
por hjalmar newmark



No existe otro lugar “lugar común” de la conciencia social (Durkheim) en la sociedad moderna funcionalmente diferenciada (Luhmann) para investigar sobre la cultura, y de alguna forma la explicación sociológica está poniendo atención, algunos profesores desde los estudios culturales, otros desde la arena judicial estrictamente hablando, pero el interés en este ensayo está relacionado a la gran teoría: filosófica (Baudrillard) y sociológica (Auvert). Este ensayo se compone de secciones simples que van a explicar (siguiendo el esquema propuesto) los principales rasgos de las películas (I), la parte analítica (II), y una muy limitada conclusión derivada de las películas y la teoría (III).



I



Resumen de los principales rasgos de la película



La película esta basada en el libro del mismo título escrito por Chuck Palahnniuk, un mecánico[1] que escribió ocho importantes libro de literatura posmoderna. En la película, si la audiencia piensa que es simplemente una película de acción, se va a decepcionar, porque es algo más que solo eso. Es principalmente, pero no solo eso, una película acerca del amor, su narrativa puede suponer un thriller de acción, pero también es una comedia romántica acerca de dos personas jóvenes tratando de encontrar su identidad en la sociedad moderna. La historia comienza con una descripción de uno de los protagonistas, interpretado por Edward Norton, quien su principal atributo en la película es que nunca se menciona su nombre, lo único que se conoce como espectador en el comienzo de la película es en lo que trabaja, lo que compra, o lo que consume, y que no puede dormir. Para solucionar su problema (¿insomnio?), el sr. X va al doctor y pide píldoras para aliviar su dolor, pero el doctor le recomienda que no tome píldoras, solo un te de hierbas, y finalmente le dice al sr. X que si desea conocer lo que es realmente dolor mejor vaya a un grupo de apoyo de cáncer testicular. Una vez el sr. X empieza a ir al primer grupo de apoyo se mueve de un grupo a otro, su alivio llega de algo realmente simple: llorar durante las sesiones. Y esta es la primera forma en que la película explica cómo solucionar el insomnio. Pero, y aquí comienza la historia romantica, el sr. X conoce el personaje más interesante de la película: Marla Singer, interpretado por Helena Bonham Carter. Ella es otra simuladora que asiste a los grupos de apoyo. La primera vez que el sr. X ve a Marla fue en el grupo de apoyo de cáncer testicular. Después el sr. X, continuamente encuentra a Marla en todos y cada uno de los grupos a los que usualmente asiste y por esto para de sentir el alivio a su enfermedad. Otra vez aparece el insomnio. Y esto se convierte en la excusa perfecta para la entrada de su alter-ego: Tyler Durden creado por el sr. X en la película para hacer surgir la luz de su lado oscuro, interpretado por Brat Pitt (¿quién lo hubiese creído?). El sr. X y Durden se encuentran por primera vez en un avión durante una conversación de no más de cinco minutos y de frases como: “tenemos el mismo maletín”, a las cuales la audiencia no da la importancia de estos pequeños detalles.[2] Después de la presentación de los principales protagonistas de la película empieza la segunda parte de esta. La segunda parte es acerca de dos jóvenes hombres que al estar realmente aburridos de su vida y empiezan un <<club>>. El club empieza cuando Tyler Durden le pide al sr. X que le pegue tan duro como pueda, con una sola razón: Nunca sabrás quién eres si no has estado en una pelea. Con esa razón el sr. X empieza una pelea. Después esta trama se diluye por una interesante crítica acerca de la sociedad de consumo a escenas de violencia sin una razón evidente, hasta que la tercera empieza. La tercera historia de la película es una continuación de la crítica de la sociedad de consumo con la adición a la trama del reclutamiento de un ejercito (Los “monos espaciales”) para explotar varios edificios de compañías de tarjeta de crédito. El desenlace de la película es la repetición de la primera escena: el sr. X con una pistola en su boca apuntada por Tyler Durden y la solución <<paradójica>> del descubrimiento que al ser la misma persona el sr. X y Tyler Durden el sr. X puede recobrar su <<identidad>> ya que Tyler Durden es solo una invension de su imaginación; y la explosión de los edificios y la reunión con Marla: ¿Una comedía trágica?





II





La sociedad de consumo





Jean Baudrillard es el más distinguido representante de la crítica a la sociedad de consumo (luego del final de la primera Escuela de Frankfurt) y el rol del ciudadano como “sólo” consumidor, recordando el reto puesto ya por Arendt en la Condición Humana con su división entre homo faber y animal laborans. La crítica de Baudrillard está basada sobre un ataque frontal a la concepción de la metafísica clásica de objeto y sujeto y la naturalización de la necesidad primaria.[3] El objetivo primario de Baudrillard es “encontrar los procesos y el trabajo de la lógica del inconsciente social”.[4] Usa el deconstruccionismo para descubrir “los diferentes tipos de relaciones y significados que van a convergir, y vincularse sobre los objetos como quiera que sean”. Esta es la lógica escondida del consumo. Un “dispositivo” para dar un cierto tipo de sentido al objeto: el sentido de la lógica de consumo, que es el intercambio simbólico de sentido y ya no de un objeto. “El objeto-signo ya no es el significante moviéndose de la ausencia entre dos seres vivos, ahora esta moviéndose <<de>> la relación reificada… el objeto-signo ya no es dado ni cambiado: es apropiado, cogido y manipulado por los sujetos individuales como un signo, es decir, como la diferencia codificada. Él es él, el objeto consumido y siempre es abolida la relación social, reificada, <<significada>> en un código.”[5] El objeto-signo de consumo. El gran descubrimiento de Baudrillard es el reemplazo del ser humano por el consumidor, y de acuerdo a Baudrillard: “deconstruir el objeto, al mismo tiempo, deconstruir la ausencia simbólica del mismo sujeto en sí mismo y el Otro en el Objeto.”[6] La consecuencia de este análisis es la deconstrucción del concepto de necesidad como un concepto natural y el develar de la lógica de consumo como una necesidad tautológica creada por la ideología de la sociedad de consumo como tipo ideal sostenido por las pseudo-ciencias de lo económico.



El sr. X ejemplifica esta transformación del “todo servido para un solo consumidor” de los aviones y hoteles y en general de la sociedad, “el irrefrenable impulso de consumir alguna mesa, silla y otros objetos manufacturados por indígenas de no se dónde, de <<Ikea>>”.







La sociedad escondida: lo subterráneo como sistema social[7]





Aubert define lo subterráneo como “una situación donde todas las metas políticas importantes no pueden ser perseguidas legítimamente. A diferencia de una definición pública de una organización con un propósito, personal, y posiblemente aun un ‘territorio’, la organización subterránea solo es definida internamente, y tal vez solo de manera muy fragmentaria por cada miembro. El secreto es el arma básica de lo subterráneo – por encima de todo lo demás, el secreto acerca de los límites de la organización, acerca de quién es miembro y quién no.”[8]



Las condiciones generales evaluadas por Aubert para la existencia de lo subterráneo como sistema social son:



1. Esta en la naturaleza de las organizaciones subterráneas que la perspectiva de cada uno de los miembros de la organización y de su personal será muy limitada.



2. Desde el “exterior,” los miembros de la organización subterránea son definidos por otros roles sociales. En orden a llevar a cabo su trabajo ilegal es necesario que preserven una fachada social, que los hace aparecer como miembros legítimos de la sociedad. En casos extremos, pero empíricamente muy frecuentes, esto implica el establecimiento y cultivo de dos identidades, o más. Algunas personas tienen que renunciar a su identidad original “real” completamente.



3. El énfasis sobre el secreto y la naturaleza personal del reclutamiento tienden a dar prioridad a las consideraciones del carácter, la confianza, el coraje y la lealtad… con frecuencia un miembro fue co-optado por un amigo sin ningún tipo de procedimiento alguno. Aunque el criterio de adecuación para la inclusión en la organización era en gran extensión difuso, y juzgado sobre bases particularistas, algunas destrezas específicas o el manejo de ciertos recursos hicieron a ciertas personas más apetecibles que otras… En adición a las destrezas de esta clase, tales reclutamientos con frecuencia requirieron el tener mucho tiempo a su disposición, y coartada o una “invisibilidad” suficiente para la sociedad normal que permitiera participar tiempo completo en lo subterráneo.



4. Las organizaciones subterráneas estaban caracterizadas por un espíritu inusualmente igualitario.



5. La amistad como principio de cohesión tiende a crear al consenso, más que la coerción, como la base para la ejecución de planes.



6. El prerrequisito de cualquier interacción era lo escondido o el camuflaje del encuentro.



Existen dos ejemplos en la película que pueden ilustrar la integración de lo subterráneo como sistema social: las reglas del <<Club de la Pelea>>, y la creación de una red de miembros que lleven a cabo el Proyecto Mayhem. Casi cualquiera de los requisitos citados de Aubert están presentes en el film, desde el reclutamiento de los miembros hasta el principio de igualdad producido por el secreto.




III



Casi cualquier revisión de una película empieza hablando acerca de filosofía y de la sociedad aun antes de empezar a hablar del cine o siquiera el arte. También existe una clara referencia a la sociedad y las diferentes visiones acerca de esta, pero al mismo tiempo, existe la falta de una adecuada teoría sociológica en el análisis. De cualquier forma, la respuesta podría estar en otro lugar. La distinción entre los tres tipos de visiones con respecto de una película es realmente de ayuda: “Existe una película que se quiere, una película que se hizo, y la película que se vio,” y se dice no solo para el lego sino también para el gran teórico.



Porque también para la gran tradición de la Filosofía Crítica de la Escuela de Frankfurt esta tras la trama de la película, no solo al erigirse el tópico de la sociedad de consumo (Adorno), sino también por la crítica de la idealización del Yo en la teoría freudiana (Fromm). Y de la misma forma que Nietzsche esta detrás de la Escuela de Frankfurt (como Habermas suele decir: “la plataforma giratoria de la modernidad”), también esta detrás de la trama de la película. Que los valores de la sociedad moderna son premisas de una sociedad de consumidores no es nada nuevo, pero la sorpresiva evidencia es que (aunque desde Hollywood) alguien trate de rechazar estos valores. Aun esta idea es contradictoria debido a la masiva campaña de mercadeo en los medios y en la industria de la moda también. Pero además de la Escuela de Frankfurt también la filosofía francesa ha hecho eco en el trabajo de Baudrillard quien sigue de cerca las formulación deconstruccionistas de Derrida, el modelo de la disciplina de Foucault y las críticas de los modelos sociales que hace Deleuze en el AntiEdipo y Mil Mesetas, así como el simbolismo machista que se hace evidente en el uso crítico de la teoría de Pierre Bourdieu de la “dominación masculina”.



Desde el punto de vista sociológico, el ver la película no es una opción, es una obligación: las preguntas que surgen sobre la identidad del sujeto en el entorno de la sociedad moderna, y los tópicos anexos al tema de la exclusión y la integración, hacen de esta un icono en el estudio de las relaciones modernas entre sujeto y sociedad.



El análisis socio-filosófico de la película (independiente de su cualidad en términos estéticos[9]) revela que los caminos utópicos de la “revolución” son misteriosos. La película se ha convertido en un pieza de culto, y también en inspiración para jóvenes adultos que tienen miedo de ser excluidos de la sociedad. Existe otro sentido escondido en la película, la búsqueda de una identidad en la modernidad. Ya no existe la imagen del derecho romano del pater familiae que delinee el comportamiento del ciudadano, porque para el derecho solo existen dos tipos de sujetos, quien obedece ciegamente el derecho y el Otro que desobedece y se expone frente a los demás por su actitud desafiante. Los estudios criminológicos en el área ya no están en la línea de hallar razones para el comportamiento en la respuesta equivocada a ciertos tipos de medidas legales tomadas por los gobiernos, sino en hallar nuevas formas de prevenir la comisión de delitos sin observar las condiciones estructurales que empujan a los ciudadanos a cometerlos. En una sociedad de consumo no hay lugar para la delincuencia, por el contrario, en esta sociedad se crea una zona excluida en el exterior de las grandes ciudades de todo el mundo.



[1] No es una coincidencia que J. G. Ballard, escritor de una novela con las mismas características: Crash (adaptada para una película dirigida David Cronenberg) que estaba obsesionado con accidentes fatales de los famosos y trata de recrear cada uno de ellos, sea la más famosa de este género.
[2] Tyler Durden también le da al sr. X una tarjeta de la Compañía de Jabón – creada por él mismo. El jabón es hecho de grasa humana tomada de las clínicas de liposucción. La importancia del detalle del jabón en la película se descubre cuando Tyler Durden describe cómo producir TNT sólo mezclando algunos otros elementos con el jabón.
[3] Baudrillar, Jean. “Le genèse ideologique des besoins” en Cahier Internationaux de Sociologique, no. 47, 1969.
[4] Ibidem.
[5] Ibidem.
[6] Ibidem.
[7] Vilhelm Auvert, The Hidden Society, New Jersey: Transactions Inc. 1982. Chapter 10.
[8] Ibidem.
[9] Ya que para Baudrillard la pelicula tambien es un Objeto-signo de consume.







por mi parte, salvo agradecérselo, no puedo añadir nada al texto de newmark, la primera norma del club de la lucha es no hablar del club de la lucha