martes, 25 de abril de 2023

Muntean/ Rosemblum: la vida no hay por qué vivirla (conformismo post-ideológico)

Con motivo de la exposición «This Is Not An Exit» en el Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Fenosa) de A Coruña, nuestro querido programa Metrópolis (uno de los mejores espacios culturales de la televisión pública) dedicó un programa monográfico a los artistas conocidos como Muntean/Rosenblum.



«Nacidos en 1962 en Haifa (Israel) y Graz (Austria), respectivamente, Adi Rosenblum y Markus Muntean se conocieron a finales de los años 80 en la Academia de Bellas Artes de Viena. En 1992 decidieron formar pareja artística, optando por el arte conceptual en combinación con la pintura figurativa. A partir de esa práctica poco habitual dentro del mundo del arte contemporáneo, han creado obras muy singulares y variadas, pero son conocidos, sobre todo, por sus cuadros de gran formato en los que jóvenes anónimos y aparentemente aburridos o melancólicos adoptan posturas tomadas tanto de la cultura popular como de la historia de la pintura europea, creando, en su conjunto, ambientes enigmáticos y ambiguos y situaciones totalmente abiertas a la interpretación por parte del espectador. Desde 2001 estas obras han sido expuestas en prestigiosos museos como la Tate Britain (Londres, 2004) o el MUSAC (León, 2006) y en las bienales de Berlin (2001) y Sao Paulo (2004).




El trabajo de Muntean/Rosenblum, que los artistas definen como producto de “dos cerebros y cuatro manos”, parte de imágenes encontradas y compiladas en un inmenso archivo fotográfico. Las primeras series están compuestas por  personajes seleccionadas de diversas revistas de moda y reagrupadas en nuevos espacios pictóricos donde se producen constelaciones que nada tienen que ver con los originales. Esta predilección por la fotografía de moda se debe a que es el único género donde sobreviven la gestualidad y el dramatismo que caracterizaban gran parte de la pintura del pasado. Sin embargo, ese pathos de los gestos y de las posturas contrasta fuertemente con la evidente apatía y desconexión de los protagonistas, evocando la superficialidad y el postureo de la sociedad contemporánea que posteriormente se reflejarían en la cultura del selfie. Pero esta apatía genera, a su vez, cierta empatía en el espectador que se ve empujado a reflexionar sobre algunas de las cuestiones que más interesan a los artistas, como son la noción del yo contemporáneo o la dificultad de crear grandes emociones en la sociedad actual. El hecho de que los protagonistas de los cuadros sean mayoritariamente jóvenes también refleja su visión de esta  sociedad empeñada en eliminar de su imaginario mediático todo lo que no se corresponda con el concepto de “juventud”. »




miércoles, 19 de abril de 2023

Steven Pinker: En defensa de la Ilustración (sobre el progreso en el campo científico, político, moral y jurídico)

«El principio ilustrado de que podemos aplicar la razón y la compasión para fomentar el florecimiento humano puede parecer obvio, tópico y anticuado, pero he escrito este libro porque he llegado a la convicción de que no lo es. Más que nunca, los ideales de la ciencia, la razón, el humanismo y el progreso necesitan una defensa incondicional. Damos por sentados sus dones: recién nacidos que vivirán más de ocho décadas, mercados rebosantes de alimentos, agua limpia que aparece con un chasquido de dedos y residuos que desaparecen con otro, píldoras que eliminan una infección dolorosa, hijos que no son enviados a la guerra, hijas que pueden caminar por las calles con seguridad, críticos de los poderosos que no son encarcelados ni fusilados, los conocimientos y la cultura mundiales accesibles en el bolsillo de una camisa. Pero se trata de logros humanos, no de derechos de nacimiento cósmicos [...] (Pinker 2018: 23-24)


«La idea de una naturaleza humana universal nos lleva a un tercer tema: el humanismo. Los pensadores de la Era de la Razón y la Ilustración veían una necesidad apremiante de dotar a la moral de una fundamentación secular, pues estaban atormentados por la memoria histórica de siglos de matanzas religiosas: las Cruzadas, la Inquisición, las cazas de brujas o las guerras de religión europeas. Pusieron los cimientos de lo que hoy llamamos humanismo, que privilegia el bienestar de hombres, mujeres y niños individuales por encima de la gloria de la tribu, la raza, la nación o la religión. Son los individuos, no los grupos, los que son «sintientes»: los que sienten placer y dolor, satisfacción y angustia. Ya se formulase como el objetivo de proporcionar la máxima felicidad para el mayor número de personas, ya como un imperativo categórico de tratar a las personas como fines en lugar de como medios, era la capacidad universal de una persona de sufrir y de prosperar —decían— la que apelaba a nuestra preocupación moral». (Pinker 2018: 30-31).


«Dado que estamos equipados con la capacidad de compadecernos de otros y empatizar con ellos, nada puede impedir que el círculo de la compasión se expanda desde la familia y la tribu para abrazar a toda la especie humana, especialmente a medida que la razón nos incita a percatarnos de que no hay nada exclusivamente meritorio en nosotros mismos ni en los grupos a los que pertenecemos.10 Desembocamos así forzosamente en el cosmopolitismo, esto es, la aceptación de nuestra ciudadanía en el mundo» (Pinker 2018: 31).


Pinker, Steven (2018). En defensa de la Ilustración. Por la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso. Traducción de Pablo Hermida Lazcano, Barcelona: Paidós.





El salón de madame Geoffrin: pintura de Charles Gabriel Lemonnier que representa la lectura de una tragedia de Voltaire, por entonces en el exilio, El huérfano de la China (1755), en el salón literario de madame Geoffrin en la calle Saint-Honoré de París. Los personajes más notables reunidos en torno al busto de Voltaire son Rousseau, Montesquieu, Diderot, d'Alembert, Buffon, Quesnay, Du Plessis y Condillac. Además, figuran Gresset, Marivaux, Marmontel, Vien, La Condamine, Raynal, Rameau, mademoiselle Clairon, Hènault, Choiseul, Bouchardon, Soufflot, Saint-Lambert, el Conde de Caylus, Felice, el barón de Aulne, Malesherbes, Maupertuis, Mairan, d'Aguesseau, Clairaut, la condesa de Houdetot, Vernet, Fontenelle, el duque de Nivernais, Crébillon, Duclos, Helvètius, Vanloo, Lekain, Lespinasse, Boccage, Réaumur, Graffigny, Jussieu y Daubenton.

miércoles, 12 de abril de 2023

Un concepto de arte: Arthur C. Danto

La belleza no es una propiedad esencial de la obra de arte. Y buscarla en los grabados de Goya, en «My bed» de Tracey Emim, en el «Martirio de San Bartolomé» de Ribera o en las películas de David Lynch resulta tan absurdo como pensar que la literatura o el arte debe resultar moralmente edificante. 

Afortunadamente, el arte busca y refleja también el horror, el desasosiego, la fealdad, lo grotesco, lo sublime.

Estupendo, por cierto, el ciclo que la Filmoteca de Valencia está dedicando estos días al cineasta de Texas.




Foto: Un título básico de Arthur C. Danto y David Lynch, I was a Teenage Insect, 2018, mixed media painting.