Lejos de la suficiencia de la Gaia de Lovelock, Jennifer Lawrence compone en Mother! (Aronofsky, 2007) un personaje femenino desconcertado, primero por la falta de delicadeza de sus dos primeros invitados (Ed Harris como Adán y una estupenda Michel Pfeiffer como Eva, la pecadora), enseguida por la mala educación y los modales cainitas de su gente, pronto por la agresividad de los groseros que abarrotan la casa (la humanidad) y finalmente por los delirios, guerras y violencia irreversible de los sapiens.
Lawrence como la creación, como la Tierra o como la vida misma es, sobre todo, una víctima atónita, sobrepasada, herida de todas las formas posibles, incluso la peor de ellas: ver destrozado el fruto de su propia creación.