Cuando cansado de la fealdad del mundo y de las cosas necesito escapar a un escenario respirable acudo a un filme policiaco de tipo posmoderno, un thriller vulgar e inverosímil, aspirando a habitar en él la casa de uno esos malvados tan bien educados, viles sofisticados, monstruos de modales impecables amantes de libros y tertulias.
J. G. Cívico, aforismos en Word, poemas con auto-reverse, conelly, mankell and kerr (eds.) chicago, 2012.
Qué casualidad. De camino al I Congreso de Criminología celebrado en la Universitat Jaume I, modélicamente organizado por Cristina Guisasola, profesora titular de derecho penal y vicedecana del Grado en Criminología y Seguridad, acudiendo, en particular, ese día, a la sesión dedicada a "La criminalidad vista a través de la literatura", escuché en la radio a Villoro decir que en México no había tradición de novela negra porque allá los crímenes no se resolvían. Una extraordinario excepción tuvo que ser, pues, la obra de Rafael Bernal "El complot mongol". Otra casualidad es que esa noche soñé (qué sueños tan raros se tienen a veces) con Porfiry Petrovich el magistral personaje, entre detective y juez de instrucción, cuyos diálogos con el asesino Raskólnikov, en "Crimen y castigo" (Dostoievsky, 1866) suponen un momento culminante de la historia de la literatura universal.
Cada vez me gusta más la novela negra, (aunque no es mi género preferido) acoge el título negro, rótulo amplio, según lo veo, desde el cuento germinal de Poe (Los misterios de la rue Morgue, 1841) y todas las aventuras lógicas y aterradoras del detective de Doyle, la série noire francesa en Gallimard, pasando por el thriller de trasfondo político que en Europa tuvo excelentes cultivadores (de Sciascia a Montalbán), la novela de misterio británica, luego neo noire, ahora nórdica y sobre todo esa pléyade alrededor del hard boiled más o menos como lo expuso Chandler en El simple arte de matar (1950): Carroll John Daly, Dashiell Hammett (mi preferido), Raymond Chandler, James M. Cain, James Hadley Chase, James Ellroy, Patricia Highsmith, Chester Himes, Walter Mosley, Jim Thompson.
Chester Himes (Jefferson City, Missouri, 29 de julio de 1909 – Moraira, Alicante, 12 de noviembre de 1984) |
Dashiell Hammett es mi escritor de novela negra preferido, quizás tenga que ver su compromiso político, su valentía (en la paranoica caza de brujas del senador McCarthy fue perseguido por actividades "antiamericanas" pero jamás delató a un compañero), influye también -Freud diría que es así- que de pequeño me cautivaba esta música de John Barry (puedes hacer aquí clic para escucharla) en "Hammett" (Wenders, 1982) que aún hoy me parece una de las melodías más hermosas de la historia del cine. Sí, Dashiell Hammett es mi es escritor de novela negra preferido, pero mi novela negra preferida es "El largo adiós" (Raymond Chandler, 1953) cuya adaptación por parte de Robert Altman en 1973 es una de "mis" películas.
De Valencia a Castellón hay una hora en coche, lo mismo que tarda el tren. Me alegró coincidir allí en la Universitat Jaume I con Vicente Garrido, coincidir, decía, en el reconocimiento a Patricia Highsmith como una escritora de extraordinario talento.
Patricia Highsmith (Fort Worth, Texas, 19 de enero de 1921 - Locarno, Suiza, 4 de febrero de 1995) |
Precisamente, uno de mis personajes preferidos es Tom Ripley, encarnación de ese tipo de moralidad suspendida de la que hablaba Kundera como ambiente propio de la novela en general. Garrido recomendó ese texto fabuloso que es "A sangre fría" (Truman Capote, 1966) pero también "Extraños en un tren" la primera novela de esta mujer genial. Un año después de su aparición Hitchcock la adaptó para el cine con guión de Raymond Chandler.
"Extraños en un tren" Hitchcock, 1951. |
Vicente Garrido, profesor en la Universidad de Valencia es nuestro más reconocido criminólogo. Psicólogo, escritor, asesor de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias así como del Servicio de Rehabilitación del departamento de Justicia de Cataluña, Consultor de Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil en Latinoamérica, autor de libros especializados y de referencia para expertos, así como de multitud de artículos en revistas de España, Reino Unido y EE.UU, el Ministerio de Justicia español le concedió en 1999 la Cruz de San Raimundo de Peñafort, por “sus méritos en el desarrollo de una justicia más humana y eficaz”.
Vicente Garrido Genovés |
Pero quiero reseñar sobre todo las recomendaciones: a Rafael Orts, catedrático de derecho penal le gustaba tanto "El cartero siempre llama dos veces" el clásico de James M. Cain (The postman always rings twice, 1934) que cuando la recomendó se olvidó de dar explícitamente el título, pero estaba hablando de ella. Tuvo el elegante gesto de citar, no dos, como se suele hacer, sino las tres versiones de la novela de M. Cain: Tay Garnett (1946) con los estupendos John Garfield y Lana Turner; Bob Rafelson, (1981) con Jack Nicholson y una de las mejores y más atractivas actrices de la historia del cine: Jessica Lange; Luchino Visconti (Ossessione, 1942) con Clara Calamai y Massimo Giiroti.
"El cartero siempre llama dos veces" Rafelson, 1981. |
David G. Panadero, periodista y escritor, ha dirigido la colección de novelas "Calle Negra" para La Factoría de Ideas, desde 2002, edita y coordina, ya sea en papel o a través de la Red, Prótesis Publicación consagrada al crimen. Es su proyecto más personal y con él ha contribuido al resurgimiento de la novela negra española. Ha debutado como novelista con Los viejos papeles.
David. G. Panadero, 1974, periodista y escritor, es también profesor de Lengua y Literatura y Técnicas de expresión narrativa en CEV |
David, recomendó Vertigo, de Boileau-Narcejac. "Vértigo (De entre los muertos)", es, en mi opinión, la mejor película de Hitchcock, uno de los mejores directores de la historia del cine, lo cual es decir bastante.
Todo se me hizo corto, o el tiempo -como en esos momentos de dicha que proporcionan las mejores novelas de este género, género de recogimiento, de lluvia, manta y coñac- se pasó volando. Las recomendaciones de la mesa, moderada por Marina López profesora y especialista también en novela negra y representación de la violencia en la literatura, son invitaciones a leer, quizás a releer (El cartero... siempre se lee dos veces) clásicos como los que recomendaron con sabia humildad los tres ponentes de la mesa. Las jornadas las clausuraron de forma muy inteligente la profesora Cristina Pauner, Decana de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas y Cristina Guisasola Lerma, organizadora y Vicedecana del Grado en Criminología y Seguridad de la Universitat Jaume I.
La crónica de Capote fue sinceramente recomendada por Vicente Garrido. |
Quedan las recomendaciones, quedan también las imágenes, los "sospechosos habituales" de organizar seminarios tan bien organizados.
El único que sobra en la foto soy yo que me colé. Quería tener una buena coartada para sacar esto por aquí.