"Anochece después de que atardece, cuando un astro, en particular el sol, por efecto de la rotación de la tierra atraviesa el plano del horizonte (pasando del hemisferio visible al no visible).
Es de noche al final del día, cuando tras el ocaso la principal luz se desvanece y siempre antes de que salga el sol.
Anochece cuando oscurece, con ocasión de la luna, las estrellas y todo eso o simplemente cuando se lee a Poe."
Jesús García Cívico, Una casa holandesa: nanotextos, micro-relatos, aforismos en Word, poemas con auto-reverse, werner & herzog (eds.), Berlín, 2013, pág. 49.
"Una de las mayores representaciones modernas de la figura del lector es la del detective privado (private eye) del género policial. Y no refiero a la lectura en sentido alegórico (Sherlock Holmes lee unas huellas en el piso), sino al acto de leer palabras impresas y descifrar signos escritos en un papel.
De hecho, la escena inicial del género (en el primer relato policial, "Los crímenes de la rue Morgue" de Poe, escrito en 1841) sucede en una librería de la rue Montmartre, donde el narrador conoce por azar a August Dupin. Los dos están allí "en busca de un mismo libro, tan raro como notable". No sabemos qué libro es ése (como no sabemos cuál es el libro que lee Hamlet), pero sí el papel que cumple: "Sirvió para aproximarnos", se dice. El género policial nace es ese encuentro.
Dupin se perfila de inmediato como un hombre de letras, un bibliófilo. "Me quedé asombrado", confiesa el narrador, "por la extraordinaria amplitud de sus lecturas" (at the vast extent of his readings). Esta imagen de Dupin como un gran lector es lo que va a definir su figura y su función (...)
Dupin, el asocial, está fuera de la economía . Es su amigo, el narrador, quien financia su vida y actúa casi como la figura del mecenas con el artista. Hay un pacto económico (un pacto pre-capitalista diría) en el origen del género, que preserva a Dupin de la contaminación del dinero y preserva su autonomía (...)
Cuando la historia de la rue Morgue está por comenzar, parece que vamos a encontrarnos con una historia de fantasmas. Pero lo que aparece es algo totalmente distinto. Un nuevo género. Una historia de la luz, una historia de la reflexión, de la investigación, del triunfo de la razón. Un paso de este universo sombrío del terror gótico al universo de la pura comprensión intelectual del género policial. Se sigue discutiendo sobre los muertos y la muerte, pero el criminal sustituye a los fantasmas.
El paso de este universo arcaico y sombrío al universo de la pura razón tiene mucho que ver, una vez más, con el acto de leer e interpretar palabras escritas. Transformando el mundo de los espectros y los terrores nocturnos en un mundo de amenazas sociales y crímenes, el género pone en dimensión interpretativa y racional la serie de hechos extraordinarios y asombrosos que son materia del gótico.
La clave es que Poe ha inventado una nueva figura y de ese modo ha inventado un género. La invención del detective es la clave del género."
Ricardo Piglia, El último lector, Anagrama, Barcelona, 2005, págs. 77-79
Dupin se perfila de inmediato como un hombre de letras, un bibliófilo. "Me quedé asombrado", confiesa el narrador, "por la extraordinaria amplitud de sus lecturas" (at the vast extent of his readings). Esta imagen de Dupin como un gran lector es lo que va a definir su figura y su función (...)
Edgar Allan Poe (Boston, Estados Unidos, 19 de enero de 1809 – Baltimore, Estados Unidos, 7 de octubre de 1849) |
Dupin, el asocial, está fuera de la economía . Es su amigo, el narrador, quien financia su vida y actúa casi como la figura del mecenas con el artista. Hay un pacto económico (un pacto pre-capitalista diría) en el origen del género, que preserva a Dupin de la contaminación del dinero y preserva su autonomía (...)
Cuando la historia de la rue Morgue está por comenzar, parece que vamos a encontrarnos con una historia de fantasmas. Pero lo que aparece es algo totalmente distinto. Un nuevo género. Una historia de la luz, una historia de la reflexión, de la investigación, del triunfo de la razón. Un paso de este universo sombrío del terror gótico al universo de la pura comprensión intelectual del género policial. Se sigue discutiendo sobre los muertos y la muerte, pero el criminal sustituye a los fantasmas.
El paso de este universo arcaico y sombrío al universo de la pura razón tiene mucho que ver, una vez más, con el acto de leer e interpretar palabras escritas. Transformando el mundo de los espectros y los terrores nocturnos en un mundo de amenazas sociales y crímenes, el género pone en dimensión interpretativa y racional la serie de hechos extraordinarios y asombrosos que son materia del gótico.
La clave es que Poe ha inventado una nueva figura y de ese modo ha inventado un género. La invención del detective es la clave del género."
"The long goodbye" Robert Altman, 1973 |
Ricardo Piglia, El último lector, Anagrama, Barcelona, 2005, págs. 77-79