"Cuando John Cassavetes aborda su cuarta película, Rostros (Faces; 1965-1968), pasa por un mal momento. Su anterior película, Ángeles sin paraíso (A child is Waiting; 1963) le ha colocado en una posición complicada dentro de la industria; sus discusiones y luchas con Stanley Kramer, productor de la misma, le han alzado en el ranking de la lista negra dentro de los estudios, algo que ya se había ganado, poco a poco, por su actitud, siempre beligerante, extremadamente independiente. Sin duda alguna, algo así sólo tenía una salida radical: o su hundimiento o su lanzamiento. Claudicar o asentarse. Y comienza a gestar Rostros (...) " Miradas de Cine nº53 Agosto 2006
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Hay rostros (faces) que en posición de descanso (cuando parece que ningún gesto se atreve a despuntar) son la expresión de un vacío sobrecogedor. Como si las ideas que antes se habían defendido incluso con vehemencia no fueran sino empujadas por un vendaval en tránsito en el interior de sus cabezas. Al escampar todo regresa al vacío. Sin embargo, dicen que se manejan bien en tiempo de crisis.
Es posible, como resulta sabido, sólo los peces muertos nadan en la tormenta.
Es posible, como resulta sabido, sólo los peces muertos nadan en la tormenta.
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GARCÍA CÍVICO, J., "aforismos en word, poemas con auto-reverse, final deliz con relatos", 2011.
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De Guindos dice que el paro pone en cuestión el Estado del bienestar ... El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha dicho que los "malos y ... económico del país, que pone en cuestión el Estado del bienestar. ...
El peródico de Cataluña, edición digital, 3 de enero de 2012
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" (...) Rostros siempre ha destacado por el tratamiento que Cassavetes otorga a los primeros planos, en ocasiones primerísimos, buscando encuadrar los rostros de los personajes desde una cercanía, en ocasiones, excesiva. El rostro se convierte en la pantalla, ocupa todo el encuadre. Son planos que intermedian entre secuencias, casi como planos de transición y que podrían dar una idea errónea sobre su naturaleza, como si fueran innecesarios al romper la continuidad narrativa. Sin embargo, Cassavetes buscaba una expresión artística, casi vanguardista, donde poco le importaba que la narración pudiera verse alterada por esos planos, por esos acercamientos a los rostros donde la superficie de la piel, a través de la fotografía, posee una textura casi palpable. En realidad, antes que planos de transición, los rostros se convierten en una narración en sí misma: son los rostros, y sus expresiones, quienes nos cuentan algo." (1)
Miradas de Cine nº53 Agosto 2006
(1) Destacado nuestro