lunes, 26 de mayo de 2014
domingo, 18 de mayo de 2014
Patologías de la imagen: homenaje a Román (al otro Román)
PATOLOGÍAS DE LA IMAGEN
1. LOS MEANDROS DE LAS IMÁGENES
IMÁGENES OFENSIVAS
No sólo en épocas remotas dominadas por la superstición fueron las imágenes figurativas percibidas con temor, acatamiento aversión u odio por las gentes. En el nacimiento de la edad de la razón gran parte de las estatuas de la catedral de Notre-Dame de París, que representaban figuras coronadas de reyes del Antiguo Testamento, fueron destrozadas durante la Revolución Francesa, en la creencia de que representaban a los reyes de Francia.
En 1867, la censura impidió de Manet exhibiese su Ejecución de Maximiliano, un fusilamiento que conmocionó a los franceses, pues este efímero emperador fue impuesto a México por Napoleón III en 1864.
En 1867, la censura impidió de Manet exhibiese su Ejecución de Maximiliano, un fusilamiento que conmocionó a los franceses, pues este efímero emperador fue impuesto a México por Napoleón III en 1864.
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Fusilamiento de Maximilano, Manet, 1867 |
Sobre este regicidio pintó Manet tres cuadros y un bosquejo al óleo, con una composición inspirada en Los fusilamientos del tres de mayo de Goya.
De hecho el título del cuadro es responsable de su anclaje semántico, por utilizar una expresión de Barthes, pues los soldados aparecen fusilando a alguien que, por el título explicitado, sabemos que no es un cualquiera, sino el emperador enviado por Francia a México, junto a otros dos dignatarios. Y la obra de Manet fue prohibida a pesar de la frialdad documental de la representación, que evacua toda connotación política y hasta emocional de la acción, prescindiendo de la expresión y gestualidad patéticas que Goya utilizó en cambio con tanta eficacia en sus cuadros.
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Los fusilamientos del 3 de mayo, Goya, 1814. |
Al crearse en noviembre de 1912 el British Board of Film Censors, para censurar las películas cinematográficas que pretendían exhibirse en el Reino Unido, sus dos únicas normas explicitadas fueron la prohibición del desnudo y de la representación de Jesucristo.
Este curioso y aleccionador emparejamiento de tabúes, sacro uno y profano el otro, resultaba llamativo si se tiene en cuenta que ambos temas habían sido objeto de tratamiento exhaustivo en la pintura y la literatura.
Poco después, algunos cuadros del británico Cristopher Nevinson, que representaban escenas bélicas en la Primera Guerra Mundial, fueron censuradas por las autoridades al considerarlos "desmoralizadores".
Román Gubern, Patologías de la imagen, Anagrama, Barcelona, 2004, pp. 7-9.
Las imágenes pueden ser espacios de conflicto o de confrontación ideológica o moral, representaciones agresivas, ofensivas o heteredoxas, susceptibles de molestar, irritar o escandalizar a algunas personas, que a veces poseen poder para prohibirlas o confiscarlas.
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Román de la Calle (imagen grande) |
lunes, 5 de mayo de 2014
Pogo by Dan Witz: Hiperrealismo punk
Pogo (informal):
"Jump up and down as if on a pogo, typically as a form of dancing to certain types of rock music, especially punk".
Oxford Dictionary
En La norma y la imagen hemos podido dedicar algunas entradas tanto al arte callejero (street art) como a la música punk. En lo que sigue recogemos el artículo que Toni García dedica hoy en El País a la exposición de pinturas hiperrealistas de Dan Witz que se puede ver estos días en la Galería Jonathan LeVine de Nueva York:
"El pogo es un baile, casi una ceremonia, que en los años álgidos del punk y el hardcore, cuando el CBGC estaba en su apogeo y bandas como Agnostic front, Minor threat, DRI, Suicidal tendencies o los propio Ramones arrastraban legiones de fans a locales llenos de humo y cerveza, se convertía en un elemento más de la liturgia musical.
Dan Witz
Dan Witz
El resultado de esa transición entre la pintura y la música, puede verse estos días en las paredes de la galería de Jonathan LeVine en Nueva York City. Allí, en gigantescos frescos, los días de gloria del baile más anárquico que ha parido la música vuelven a la vida y el espectador puede perderse en el enérgico caos que se producía entre la masa que poblaba aquellos conciertos. El detalle (enfermizo) de la obra de Witz hará las delicias de los fans de bandas como Rage against the machine o System of a down (por no hablar de Merauder o Cold as life), que han cargado con el pogo hasta el siglo XXI, tres décadas después de que leyendas como Black flag o los Dead kennedys lo convirtieran en un rito imprescindible para entender su música.
Dan Witz
Witz, uno de los artistas callejeros más reputados del mundo, reconoce que más allá de la pintura sus referentes son algo más terrenales: “Oír a los Clash, ver a los primeros punks y después descubrir los primeros trenes llenos de grafitis. Todo ello influyó en mi forma de ver la vida, especialmente cuando uno sale de la escuela de arte y cree que el arte contemporáneo nos ha fallado y que es hora de tratar de tomar las calles”. El estadounidense, con 18 libros sobre street-art a sus espaldas, y miles de kilómetros en la mochila encara ahora su segunda exposición en la ciudad de los rascacielos sin renunciar a su visión del mundo. El artista sigue el (a veces conflictivo) camino que ha llevado a graffiteros como Futura o Stash de las calles a las paredes de los museos y que ha convertido a tipos tan singulares como Banksy o Kaws (que ahora mismo expone en su obra en el CAC de Málaga hasta el 22 de junio) en objeto del deseo de los coleccionistas de medio mundo. Los cuadros de Witz, inevitablemente nostálgicos si se ha ocupado alguna vez ese círculo donde el pogo es un dios terrenal, servirán para seguir acortando el camino que separa el desmadre de una sala de conciertos de la (forzada) tranquilidad del mundo real." Toni García, "Cuando el "pogo" es arte", El País, 5 de mayo de 2014
Anónimo Vienés
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lunes, 28 de abril de 2014
un lugar en el Hype
Hace unos días comenzamos, con mucha ilusión, una colaboración en la revista de ocio y cultura "El Hype" a través de entradas quincenales agrupadas bajo el rótulo de Hermosas y malditos.
La sección de fitzgeraldiano título divaga en general sobre música, cine, literatura, arte y filosofía y en particular, a menudo, sobre la recepción personal de algunos de los así llamados "productos culturales".
La sección tiene formato de blog, adapta el título de una novela de aquel escritor de la generación perdida y la primera entrada de ánimo cartográfico la hemos llamado precisamente así: "Al Este de Fitzgerald".
(Click aquí: Hermosos y malditas: un blog Cívico en el hype)
lunes, 7 de abril de 2014
Le Goff y el vagabundo intelectual han muerto
"Me ha parecido entender que hay ocasiones en que al patrón le disgusta el trabajador que canta. Y no precisamente porque trabaje mal o se distraiga".
"El alcohol (signo): modalidad proformal de la materia cósmica.
El alcohol (dictamen): regresión a lo amorfo, viaje extático. Tehôm. Caos acuático de lo amorfo".
"Entre cíclicas crisis religiosas, José María Blanco Crespo (Blanco White) denunció tanto el anquilosamiento clasicista de la poesía española como los tics más zafios de la Iglesia católica. En su mente el rencor por la muerte de sus hermanas consumidas en un lóbrego convento de clausura.
Un motivo válido para ambos arremetimientos."
GARCÍA CÍVICO, Jesús, Aforismos en Word, poemas con auto-reverse, Esperanza, Aguirre y la cólera de Dios, (eds.) , Tegucigalpa, 2014
Hoy he sentido pena por la muerte, este fin de semana, de Jaques Le Goff, el famoso historiador francés especializado en la Edad Media.
Lo leí, a Le Goff, sinestésicamente, con glotonería y fruición, esos años tan, tan, tan lejanos ya, cuando absurdo, verde, joven y vestido de militar garabateaba atrevido, luego torpemente, una excesiva tesis doctoral en la que el único recuerdo sereno que aún albergo lo compone la imagen difusa y ciertamente nostálgica de una vivaracha pila de libros que en un desorden personal, abandonaba luego y leía, leía luego y abandonaba casi clandestinamente entre los fardos de periódicos apilados, a la Hrabal, en el trastero de una fría iglesia de Zaragoza donde ayudaba con humildad y decreciente rencor a dos jóvenes malnutridos de un pueblecito de Soria obligados por imperativos de la bondad castrense a superar su analfabetismo, su sociabilidad isleña y, en su caso, su incómoda inimputabilidad.
Recuerdo de la lectura de Le Goff una actitud que me parecía tan inalcanzable como ejemplar: escoger un tiempo predilecto, leerlo en el marco más amplio que resulte posible abarcar con la inteligencia y luego arrasar con obstinado tesón de bárbaro todos los estereotipos.
Es también lugar común decir de Le Goff que describió, a contrapelo, el medievo como tiempo luminoso lleno de risas, que sobresalen sus obras sobre los vínculos entre el fenómeno urbano y el mundo del conocimiento, que heredero del revolucionario enfoque de Annales difundió el mirar provocativo y pluridisciplinar, en cierto sentido rupturista y vital como la medieval figura del goliardo.
De Le Goff, valiente, social, republicano y comprometido en los embates de su tiempo, me ha gustado leer en el obituario que firma Ana Teruel en la edición de este domingo de El País, lo que dijo el presidente Hollande: "sabía leer en la historia estos movimientos largos que dan forma a las conciencias y los imaginarios".
El vagabundo intelectual
"No hay duda de que los goliardos constituyeron un tipo contra el cual se enderezaba con complacencia la crítica de la sociedad establecida. De origen urbano, campesino o hasta noble, los goliardos son ante todo vagabundos, representantes típicos de una época en que la expansión demográfica, el desarrollo del comercio y la construcción de ciudades rompen las estructuras feudales, arrojan a los caminos y reúnen en sus cruces que son las ciudades, a marginados, a audaces,a desdichados. Los goliardos son el producto de esa movilidad social característica del siglo XII. El primer escándalo para los espíritus tradicionales es el hecho de que esas gentes escapan a las estructuras establecidas. La Alta Edad Media se había esforzado para hacer que cada cual ocupara su lugar, desempeñara su tarea, permaneciera en su orden, en su estado. Los goliardos son evadidos. Evadidos sin recursos forman en las escuelas esas bandas de estudiantes pobres que viven de varios expedientes (...)
Para ganarse la vida a veces esos estudiantes se convierten en juglares o bufones; de ahí sin duda el nombre que se les da a menudo. Pero pensemos que también el término joculator, juglar, es en aquella época el epíteto con que se designa a todos aquellos que se consideran peligrosos, aquellos a quienes se quiere apartar de la sociedad. Un joculator es, pues, un indeseable, un rebelde.
Esos estudiantes pobres que no tienen domicilio fijo, que no gozan de ninguna prebenda ni beneficio se lanzan a la aventura intelectual, siguen al maestro que les gusta y van de ciudad en ciudad para difundir sus enseñanzas. Forman el cuerpo de esos estudiantes vagabundos tan característicos de ese siglo XII. Contribuyen a darle su porte aventurero, espontáneo, vivo, audaz. Pero esos estudiantes no forman una clase. De diverso origen, tienen ambiciones diferentes- Evidentemente se decidieron por el estudio antes que por la guerra. (...)
Si todos ellos critican a la sociedad, algunos, tal vez muchos, sueñan con convertirse en aquellos que critican. (...) Sueñan con un mecenas generoso. con una suculenta prebenda, con una vida holgada y feliz. Parece que quieren convertirse en los nuevos beneficiarios del orden social en lugar de querer cambiarlo.
Sin embargo, los temas de sus poesías fustigan ásperamente a esa sociedad. Es difícil negar a muchos el carácter revolucionario (...) el juego, el vino, el amor es principalmente la trilogía a la que cantan, actitud que despertó la indignación de las almas piadosas de su tiempo, pero que inclinó más bien hacia la indulgencia a los historiadores modernos: yo soy cosa ligera / cual hoja que arrastra indiferente el huracán/ como el esquife que boga sin piloto, / como un pájaro errante por los caminos del aire, / No estoy fijado ni por el ancla ni por las cuerdas/ La belleza de las muchachas hirió mi pecho / aquellas a las que no puedo tocar, las poseo con toda mi alma/ En segundo lugar se me reprocha el juego/ pero tan pronto como el juego me deja desnudo y el cuerpo frío mi espíritu se enciende./ Es entonces cuando mi musa compone mis mejores canciones. / En tercer lugar hablamos de la taberna (...)." (1)
photos: intelectuales
(1) Jacques Le Goff, Los intelectuales en la Edad Media, trad. Alberto L. Bixio, Barcelona, Gedisa, 1990, pp. 40-42.
domingo, 30 de marzo de 2014
"El crimen os sienta tan bien": un texto de Carlos Pérez de Ziriza
Apenas hemos tratado en este blog imágenes al otro lado de la norma. Hemos rescatado, eso sí, fragmentos de una historia alternativa en la estela de los anticristos, antes y después del aullido de Johnny Rotten, el líder de los Sex Pistols, el punk como movimiento social, un jalón en la historia alternativa del mundo y de las cosas, siguiendo el hilo del nihilismo, el anarquismo místico-lujurioso, las vanguardias, el dadaísmo, el Cabaret Voltaire, la Internacional Letrista y la Internacional Situacionista, los grupos de París en los años 50 y 60 alrededor del autor de la potente idea de "sociedad del espectáculo" Guy Debord.
Esto es, hemos rescatado puntualmente fragmentos de esos movimientos culturales y artísticos que dejan menos huella que este blog, hemos recogido los Rastros de carmín de ese extraordinario crítico musical que es Greil Marcus.
Teníamos ganas de recoger también aquí algún texto de otro estupendo crítico musical, más accesible pero que nos interesa igual: Carlos Pérez de Ziriza.
Le pedimos permiso para rescatar aquí un, aún reciente, texto sobre imaginarios del rock (imaginarios al otro lado de la norma) que sacó en Valencia Plaza y como además de buen crítico es buena persona, con complicidad bloguera, dijo sí.
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complicidad punk |
"El crimen os sienta tan bien" por Carlos Pérez de Ziriza
publicado en Valencia Plaza

VALENCIA.¿Puede haber algo en común entre Sonic Youth y The Smiths? ¿Es posible trazar una conexión histórica significativamente estética entre las dos bandas independientes (hablamos de actitud, claro) por antonomasia a ambos lados del océano, la norteamericana y la británica?
A la mayoría de ustedes les sonará la portada de Goo (Geffen, 1990), la icónica cubierta de Sonic Youth decenas de veces imitada en todo el planeta, incluso también por bandas de nuestro país como Els Surfin Sirles. En ella se muestra a una joven pareja supuestamente dándose a la fuga, tras haber cometido un asesinato, tal y como había diseñado Raymond Pettibon para su tira cómica, bocadillo explicativo incluido. Lo que no mucha gente sabe es que los protagonistas reales de esa imagen son Maureen


Myra Hindley e Ian Brady fueron sentenciados a cadena perpetua, pero sobre el jovencísimo David Smith (18 años cuando se casó con Maureen, de solo 19), testigo involuntario de la muerte de uno de aquellos niños a hachazos y responsable de dar el chivatazo a la policía, recayó siempre la sospecha de la culpa, azuzada por las insidias de la que hasta entonces había sido su cuñada, en un caso que aún coleó hasta los años 80. Un calvario que acompañó al joven inspirador de la portada de Sonic Youth (porque ella, su ya ex mujer, murió en 1980) hasta el fin de sus días, hace menos de dos años, como recogía la prensa del país.
El infausto crimen de los páramos fue también el espinoso leit motiv lírico de 'Suffer Little Children', uno de los temas de The Smiths (Rough Trade, 1984), el debut homónimo de la banda de Morrissey y Johnny Marr. Lo abordaron sin el menor atisbo de ironía ni frivolidad, pero los de Manchester tuvieron que enfrentarse a los previsibles ataques de la prensa amarillista de su país y demás lecturas puntillistas, lo que obligó a Morrissey a mantener por aquel entonces algún encuentro privado con los padres de una de las víctimas para templar ánimos.
Poco extraño, dado un gesto tan inusualmente temerario en una banda novel en el imperio del tabloide. Tendrían que pasar siete años para que Morrissey se atreviera a repetir incursión en un texto sobre el mundo criminal, en aquel 'The Last Of The Famous International Playboys' que, ahora sí, ironizaba acerca de los hermano sKray, pareja de gangsters de referencia en el East End londinense de los 60.
Tampoco cabe deducir ánimo de banalización en el gesto de Thurston Moore y compañía, quienes simplemente se valieron de un cómic transgresor como uno de sus característicos símbolos desafiantes en la jungla de las multinacionales, en la que ya se hallaban inmersos. Quién sabe hasta qué punto sabían o desconocían la historia real que se ocultaba tras esa pareja inmortalizada por Raymond Pettibon, omnipresente emblema del rock alternativo de las últimas décadas.
El caso es que, partiendo de lo particular a lo general, sirva esta insospechada conexión como botón de muestra para recalcar la omnipresencia de la temática criminal desde hace muchas décadas en la mitología rock, marcada en muchas ocasiones por el influjo de las historias de asesinos en serie. Presencia obvia en todo arte que pretenda radiografiar los claroscuros de su tiempo (como el cine, sin ir más lejos), pero que en su caso adquiere unas connotaciones singulares.
Por lo que atañe a Sonic Youth, resulta palpable en más de una ocasión. "En su caso, creo que la portada de Goo simplemente les atrajo por su iconografía casi punk, y por tensar los límites de Geffen, la multinacional con la que acababan de firmar contrato", nos cuenta al respecto Ignacio Julià (Barcelona, 1956), referente durante décadas de la prensa musical estatal, desde publicaciones venerables como Rock Espezial, Vibraciones o Ruta 66, y autor del reciente Estragos de una Juventud Sónica (Alternia), libro en el que repasa la historia de la banda neoyorquina a través de sus numerosos encuentros personales en las últimas décadas.

Lógicamente, esa conexión no es ni la única ni la más significativa. Títulos comoDeath Valley ‘69', en referencia a la matanza perpetrada por el clan de los Manson, desvelan el interés de una banda "por una época concreta, el año 1969, y el choque entre dos corrientes de pensamiento que habían moldeado la segunda mitad de los años sesenta. Por un lado Vietnam y por el otro el pacifismo, las revueltas juveniles y raciales y la brutal represión policial de las mismas, Woodstock contra Altamont, Manson contra Beach Boys, etc...", comenta Julià, quien defiende la condición de los padrinos del noise rock como meros observadores, ya que "no hacen de Manson un antihéroe o un ícono".
En la línea argumental seguida por la banda a través de su carrera es fácil detectar los estragos de "un punto de inflexión para Estados Unidos que resquebrajó el sueño americano apoyado, en los años cincuenta, por la bonanza económica de posguerra", algo que explicaría muy bien, en connivencia con los rigores del reaganismo en los 80, títulos de álbumes como Daydream Nation (Enigma, 1988), algo así como "nación sonámbula". El sueño americano hecho trizas.
Llegados a este punto, es de ley detenernos en la masacre perpetrada por Charles Manson y sus secuaces como el primer brote serio de sordidez criminal en la historia del rock, cuyo idealismo hippy, a finales de los 60, apenas se veía alterado por la marginalidad pregonada por bandas como The Velvet Underground.

Julià asume el tono crepuscular de unos sucesos que, "como el desencanto del concierto de los Stones en Altamont, aceleran el final de aquel sueño buenista, ya que 1969 no solo pone punto final a la década prodigiosa, sino que nos abre los ojos ante una realidad incómoda". La era de Acuario devolvía así un reflejo agrio y resquebrajado, ya que "no todo eran buenas vibraciones entre los niños de las flores, y conviene mencionar la canción homónima de Stooges, '1969', que sería otra pieza fundamental para entender el momento, pues ya refleja el hastío de una juventud sin futuro en los esquemas de un capitalismo imperioso".
El listado de serial killers o puntuales asesinos célebres cuyas fechorías han sido glosadas en el mundo del rock se amplía a Mark David Chapman, el asesino deLennon (And You Will Know Us By The Trail of Dead, The Cranberries), John Wayne Gacy "el payaso asesino" (Sufjan Stevens, Deertick), Jim Jones (Brian Jonestown Massacre, Manowar, Concrete Blonde), David Berkovitz "el hijo de Sam" (Dead Boys, Elliott Smith) y un largo ectétera cuyo detalle sería imposible de abarcar aquí. Hay incluso listas de canciones en medios especializados que seleccionan los temas más populares, aquellas canciones, de entre las relacionadas con la temática criminal, más destacadas entre los melómanos de pro. La edición norteamericana de Rolling Stone publicó en septiembre pasado el Top 15 de sus lectores, en cuyos primeros puestos figuran el 'Folsom Prison Blues' deJohnny Cash, 'I Shot The Sheriff' de Bob Marley o 'Hey Joe' de Jimmy Hendrix.
Entre los nombres recurrentes en estas lides, como así ocurre también en la lista de Rolling Stone (aparece en el número 9), figuran personajes como el legendarioStagger Lee. O como Jack el Destripador, a quien en su momento cantaron The Horrors, LL Cool J o (sí, otra vez) el propio Morrissey.

Aunque quien logró un sesgo más afilado en las evocaciones de esos personajes fue Nick Cave, el músico de dominio público que seguramente detente una mayor galería de criminales en su discografía. De hecho, nadie ha sacado más partido que él a la actualización de las Murder Ballads (Baladas de la muerte), un subgénero de la música folk anglosajona cuyas raíces datan nada menos que del siglo XVIII, solidificando un legado del que beberían los folk singers de los años 50 y 60, comoDylan, Joan Baez, Dave Van Ronk o The Carter Family. Algunas de ellas abordaban el crimen desde la óptica del asesino.
"Todas esas historias de maleantes y asesinos han nutrido a la música popular desde siempre, y en el contexto rock, la fuente principal fue la Anthology of American Folk Music (1952) de Harry Smith, virtual punto de partida del revival folk", nos cuenta Ignacio Julià, quien además traza sin pestañear una línea sucesoria que enlaza "con el rock sangriento de Alice Cooper y el feísmo del punk, en los 70, prosiguiendo con ese discurso tan atractivo para los adolescentes de clase media, que eran quienes compraban discos de rock y buscaban una alternativa escabrosa a la vida convencional de sus padres".

En general, y continuando con una tradición que tiene mucho más de americana (por su tradicional idiosincrasia) que de británica o europea, son músicos yanquis de sonido cavernoso y referencias atávicas quienes con más frecuencia han escarbado en los últimos tiempos en las miserias humanas del crimen, como pueda ser el caso de Afghan Whigs, Queens Of The Stone Age, Mark Lanegan, The Brian Jonestown Massacre y muchos otros integrantes de una lista inagotable, aunque algunos estén incluso conectados entre sí por colaboraciones varias. Ellos han redactado los últimos capítulos de una relación con muchos renglones por aún por escribir.
jueves, 13 de marzo de 2014
El hilo de Almudena: una entrevista con la escultora Almudena López
Nos ha gustado mucho la exposición fotográfica "Desapercibidas" de la escultura Almudena López (Asturias, 1976) tal como la pudimos contemplar en la librería y espacio cultural Le Petit Canibaal dirigido por el escritor y editor de la revista Canibaal Ximo Rochera (Castellón de la Plana, 1968).
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Librería y espacio creativo Le petit Canibaal en C/ Puerto Rico, 22 de Valencia |
La exposición “Desapercibidas” comisariada por Lucas Carbonell, está ofreciendo estos días una poética tan inteligente como sensible de los cansados, pero nunca abatidos, rostros de mujeres trabajadoras (trabajadoras en el sentido amplio y no jurídicamente excluyente del término) que conforman un paisaje urbano tan cotidiano como desapercibido en el barrio valenciano de Ruzafa.
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Almudena López artista y Lucas Carbonell comisario de la exposición en Le petit Canibaal |
Se trata, como señalaron los responsables de la exposición, de la constatación de un patrimonio social intangible y único destinado, es posible temerlo así, a desaparecer por la tendencia al aburguesamiento (gentrification) del barrio y el paralelo desplazamiento de las clases más desaventajadas como parte del más general arrinconamiento. siempre hacia el exilio urbano, siempre hacia la periferia, de esas mujeres de las llamadas con enorme ambigüedad "clases populares". Son mujeres, las retratadas por Almudena López, de rostros y cuerpos cansados en los que no resulta posible dejar de percibir la condición de pétreo pilar de un mundo enérgico que, sin embargo, se desvanece en las habituales crónicas del mundo, de la actualidad y de las cosas.
La exposición de Almudena López en Le petit Canibaal, un nuevo espacio creativo en la ciudad, podrá verse sólo hasta este miércoles día 12 de marzo aunque somos muchos los que estamos pidiendo que dure un poco más.
Para intentar atrapar el paso casi fugaz de la artista, La norma y la imagen le pidió a Almudena un poco de su tiempo para poder plantearle unas preguntas.
Para intentar atrapar el paso casi fugaz de la artista, La norma y la imagen le pidió a Almudena un poco de su tiempo para poder plantearle unas preguntas.
El talento es siempre generoso y dijo sí.
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Desapercibidas |
Pregunta:
Almudena, somos sinceros cuando decimos que nos ha gustado mucho tu reciente exposición fotográfica: “Desapercibidas”. Hemos visto, con sorpresa, la absoluta naturalidad de los cuerpos y de los rostros que has fotografiado. Hemos visto también cómo para sacar a esas mujeres de ese lugar secundario, como de fondo de plano, que ocupan con emocionante naturalidad, te has acercado tanto a ellas, que al final -no sabemos si eres consciente del juego que se ha producido- has sido tú la que parece que has pasado desapercibida para ellas. ¿Cómo has obtenido todo este documento y por qué has creído que merecía la pena mostrarlas de la forma en que lo has hecho?
Respuesta:
En ocasiones, no soy consciente de los motivos por los que acciono el mecanismo que produce una imagen. Ese juego de sombras, luces y colores, es el espectro de una realidad externa sujeta a múltiples interpretaciones.
Existe una pulsión en mí irrefrenable, que me obliga a retratar esos “fetiches de lo cotidiano”, esos registros que se salen de lo coherente y normativo y que por motivos desconocidos, entran en los códigos lingüísticos de lo extraordinario.
Almudena López, Asturias, 1976 |
Pregunta:
Tus fotografías nos han recordado la obra del fallecido Milton Rogovin (1909–2011) quien al ser preguntado por su tozuda insistencia en el retrato de los olvidados contestaba que si dirigía el foco de su cámara a los más desprotegidos por la sociedad: los pobres y los desempleados, era porque al fin y al cabo los ricos ya tenían sus propios fotógrafos. Parece que tu obra fotográfica sobre estas mujeres del barrio de Ruzafa en blanco y negro comparte no sólo un impulso estético parecido sino también, en este caso, el mismo impulso ético. ¿Es así?
Respuesta:
El acto de fotografiar nunca es inocente. Quien diga lo contrario miente.
Al fotografiar asumimos una actitud frente al objeto, una responsabilidad, pues la mera decisión de accionar el disparador es un acto agresor, que debemos sopesar en la justa medida y equilibrio.
Mis fotografías beben de muchas fuentes, la fotografía social de los periodos de entre-guerras, The photo League´s New York, August Sanders, Robert Frank, Helen Levitt y toda una troupe de fotógrafos que supieron retratar una realidad social parecida a la actual, en muchos matices.
También me inspiran muchas de las imágenes de la postguerra Española, fotógrafos como Joan Colom, Nicolás Muller, entre otros.
Principalmente amo una fotografía de calle, en el termino más amplio de la acepción, una fotografía espontánea, fresca, ágil y comprometida.
Pregunta:
Este blog intenta invitar a la reflexión sobre cuestiones sociales a propósito de la imagen así que perdona si la pregunta te parece muy traída pero resulta obligada: ¿cómo ves la época en la que nos encontramos y cómo entiendes la posición y el trabajo del artista en relación con ella?
Respuesta:
Creo que existen momentos en los cuales un artista se ve en la obligación moral de posicionarse. Y ante circunstancias como las que actualmente estamos viviendo, es preciso tomar partido. Mi forma de retratar el momento cotidiano no es inocente, con ella intento demostrar mi actitud ante una realidad que no me gusta, que me resulta injusta, y hostil. Es una manera de cuestionar este sistema egoísta y desequilibrado en el que vivimos actualmente.
Aun así asumo que mis fotos son sólo el registro velado de la realidad, ninguna foto es fidedigna, pero aun así es mi registro, mi visión. Espero que de algún modo, humildemente, pueda aportar algo.
Pregunta:
Eres, sobre todo, escultora y queremos acabar esta pequeña entrevista hablado de tu obra escultórica.
Bajo el mitológico rótulo de Aracne / Ariadne se puede contemplar sugestivas esculturas en lana hilada, hilaturas mórbidas y objetos de arte fetiche en lana natural de oveja, hilatura tradicional en rueca y huso, eso forma parte de un proyecto tuyo en el que combinas fotografía, vídeo, instalación y ejecución de una serie de piezas a modo de coberturas corporales y que parece complementar tu investigación artística personal acerca de la utilización de materiales textiles en el campo escultórico contemporáneo.
Aquí nos ha parecido extraordinariamente sugerente -quizás porque pensamos que el imaginario de la Grecia antigua siempre está vigente y que nunca nos ha abandonado del todo- escuchar lo que nos cuenta tu obra ¿se puede decir que hay en tu obra también una narración, un mito, un relato? Si es así ¿en qué consiste éste?
Respuesta:
En mi obra escultórica me intereso principalmente por los ciclos, las alternancias y las fases selénicas y como estas influyen en la expresión de mi realidad corpórea.
Es como un juego a veces macabro de identidades, entre lo femenino, lo fecundo y el tiempo que se alterna, nace y muere. Intento ocultar facetas de mí, mostrando otras menos visibles. Camino entre los contrarios, mutando y cambiando, indagando en la máscara. Realizo o personifico rituales mórbidos, y extraños, en los que interfiere lo sexuado, lo oculto, las danzas de alcoba, para los cuales utilizo mis objetos fetiches en lana hilada de oveja.
Me identifico con artistas como Pierre Molinier, Anna Mendieta, Pepe Espaliú, Fina Miralles, entre otros.
Me identifico con artistas como Pierre Molinier, Anna Mendieta, Pepe Espaliú, Fina Miralles, entre otros.
La artista y el bloguero |
No queremos quitarle más tiempo a Almudena y le dejamos que siga pensando en su arte.
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