viernes, 11 de octubre de 2013

hombres, dioses, monstruos

"Si los bueyes, los caballos y los leones tuviesen manos o pudiesen dibujar con las manos, y hacer obras como las que hacen los hombres, semejantes a los caballos representaría el caballo a los dioses, y semejantes a los bueyes el buey, y les darían cuerpos como los que tienen cada uno de ellos"
Jenofonte de Colofón (Clemente, Stomatra, V, 110)



Catedral de Santiago de Compostela: detalle de capitel


"Nunca podemos estar seguros de los documentos en los que nos basamos, pero podemos intentar efectuar inferencias, siempre que sean cautas o prudentes. Muchas veces, ante un resto artístico o artesanal antiguo, recurriremos a la ayuda de textos literarios y filosóficos de la época. Por ejemplo, no podremos decir si el que esculpía monstruos en las columnas o en los capiteles de las iglesias románicas los consideraba bellos; sin embargo existe un texto de san Bernardo  (para quien estas representaciones no eran buenas ni útiles) que da fe de que los fieles disfrutaban con su contemplación (hasta el punto que incluso san Bernardo, al condenarlas, da muestras de sucumbir a su fascinación). Y, de este modo, dando gracias al cielo por el testimonio que nos llega de donde menos cabría esperar, podremos afirmar que la representación de los monstruos, para un místico del siglo XII, era bella (aunque moralmente reprobable)."

Umberto Eco, Historia de la belleza, trad. María Pons Irazazábal, Lumen, Barcelona, 2009, pág. 12.

Cabeza de monstruo
Iglesia de El Salvador - Arévalo (Avila) - Spain - SXII-XVIII