miércoles, 11 de julio de 2012

imágenes como símbolos (I): el puente

 "(...) hay puentes de palabras como los que tienden los poetas, puentes volados, puentes de plata para los enemigos que huyen, puentes cubiertos de nieve..., pero ninguno ha alcanzado para mí la categoría simbólica del viejo puente de Mostar que unía el barrio musulmán con el croata católico y que fue construido por el arquitecto Haireddín en tiempos de Solimán el Magnífico con una geometría limpia de un solo arco. Su estructura resistió los embates de más de cuatro siglos de guerras entre el imperio austrohúngaro y el turco y sirvió de escapatoria a fugitivos de uno y otro bando que lo recorrieron a uña de caballo. Pero no pudo soportar el combate casa por casa de la última guerra balcánica.



Es un lugar común pero no por ello ni menos cierto ni menos bello decir que el puente es una imagen de la unión.
El de la foto es el puente sobre el Neretva, puente de Mostar en Bosnia, unía, pero también separaba,  a católicos y musulmanes, aunque, obviamente, no sólo a ellos. Destruido durante la horrenda (y vulgar de tan cruel) guerra de los balcanes, se reconstruyó en 2004 siendo declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO
 

Lo primero que conocí de Mostar fue el muñón desventrado de ese viejo puente, que ahora ha sido reconstruido. Abajo, en el barranco del río Neretva, había un cafetín al aire libre donde algunos voluntarios de ONG y miembros de la misión internacional alternaban con los más jóvenes del lugar. Aquellos muchachos de Mostar-Este mostraban una extraña oscuridad refugiada en los ojos, como si tuviesen cortada alguna conexión con el mundo, lo que resultaba comprensible encontrándose como se encontraban al otro lado de un puente roto (...)"

Susana Fortes, "Cruzando puentes", Babelia, El País, 22 de marzo de 2008


echando unas risas



Mladic en el Tribunal Penal Internacional para la Ex-Yugoslavia

"(...) para acercar a los jueces la repercusión humana del proyecto, la acusación ha mostrado tres documentos gráficos esenciales.
El primero era la foto de un adolescente de Srebrenica asesinado en 1995 por la espalda por las tropas de Mladic. La víctima fue uno de los 8.000 varones tiroteados ese mes de julio, una vez tomada la ciudad por el Ejército serbobosnio. La instantánea es semejante a las extraídas del vídeo filmado en la localidad bosnia por los Escorpiones, un grupo paramilitar serbio. Descubierta en 2005, la grabación dio la vuelta al mundo y demostró que las muertes de Srebrenica fueron reales.

La segunda imagen procede de otro corto, esta vez sacado de un informativo televisivo, que captó Markali, el mercado de Sarajevo tras un bombardeo serbio en agosto de 1995. “Era una hora punta de compra de alimentos y hubo 30 muertos y 70 heridos”.


Los cadáveres esparcidos entre los precarios puestos de frutas y verduras han reaparecido en el tercer documento. Era un montaje del sitio de Sarajevo (1992-1996) a base de reportajes de la BBC sobre el terreno: los bombardeos diarios de la ciudad, los tiros de los francotiradores serbios y la penuria diaria de los habitantes (500.000 de todas las etnias bosnias antes de la guerra) han apoyado la principal alegación de la fiscalía. “Para crear el Estado serbio que se proponían, fue preciso cambiar la realidad de una región interétnica y lanzarse a la limpieza étnica”, según Groome (...)"

"La denuncia de la limpieza étnica marca la apertura del proceso contra Mladic", El País, 20 de mayo de 2012


Underground, Kusturica, 1995