martes, 27 de diciembre de 2011

Gente que da la corriente. El bisturí eléctrico de David Mamet: a propósito de "Razas"

David Mamet (Chicago, Illinois, 1947) es un escritor muy personal y casi siempre muy lúcido. Autor de guiones de películas de géneros muy dispares, ha dejado en todos ellos la huella de una crítica política, moral y social hecha sin concesiones buenistas ni "moralina" y también las precisas marcas de una suerte de bisturí eléctrico tan penetrante como perspicaz con el que nos ha enseñado (¡y con el que se ha ensañado!) durante hora y media el cuerpo de una sociedad llena sobre todo de hipocresía, miedos y miserias.

David Mamet: "¡por qué no se callan!"

Ejemplos de esa mirada airada, dura, y directa contra el imaginario más agradable del sueño americano (el poder, la riqueza, el trabajo, el cadillac, el dólar, la empresa, el éxito, el abogado...) y por extensión contra las imágenes mejor asentadas de la cosmovisión occidental, son los soberbios textos de Glengarry Glenn Rose (Foley, 1992) y (de forma mucho más sutil) Vania en la la calle 42 (Malle, 1994).


Mamet también aportó ese tono de crítica de fondo sin concesiones y apenas sin fisuras al llamado cine de juicios (y/o de abogados) en Veredicto final ("The Veredict", Lumet, 1982) ofreciéndonos una de las más conmovedoras imágenes del abogado integro (rara avis in terra), la de Paul Newman como Frank Galvin salvando un caso (y salvándose así mismo) en un juicio por error médico donde destacaba Mamet sobre todo la lucha entre dos fuerzas desiguales en términos de poder económico pero también en términos morales. 

En opinión del que esto escribe, el personaje que interpreta Newman rivaliza en fuerza con el mejo icono de este tipo de imaginario: el personaje clásico de Aticus Finch interpretado por Gregory Peck en la igualmente clásica "Matar a un ruiseñor" (Mulligan, 1962), la adaptación de la obra homónima de Harper Lee.
En la foto Newman como Galvin.


Hace unas semanas pude ver en el Teatro Principal de Valencia "Razas", un Mamet igualmente airado que hubiera hecho las delicias de muchos realistas jurídicos en la línea que inauguraran en EEUU Roscoe Pound y quizás también el mismo Oliver Wendell Holmes y en los países escandinavos Axel Hägerstrom, Alf Ross, entre otros. Una concepción del derecho, la realista, que creemos fundamental para acabar de entender bien el complejo "fenómeno jurídico".


En 1930 Jerome Frank publicaba Law and the Modern Mind para destacar los elementos psicológicos (y psicologizantes) en la mente del jurista y en el quehacer de los así llamados "operadores jurídicos", pues bien, este último Mamet "Razas" estrenado va a hacer dos años en Broadway, producido aquí por Bernabé Rico y Toni Cantó y dirigido por Juan Carlos Rubio, vuelve a ser una hábil disección de la mente y las "impurezas" del derecho. Como se ha dicho, un proyecto escénico serio, bastante riguroso (con lo que se pierde para quien no conozca la complejidad de la cuestión racial en EEUU: el legado terrible, la ignominia de la esclavitud, las peleas a muerte entre esclavos, el látigo, el sur, las huellas de la lucha por los derechos civiles, el racismo difuso, el racismo explícito, el ku-klux-klan, el asesinato de Luther King, el racismo que no desaparece, la polémica de la affirmative action...), un proyecto que me gustó por su acidez, por su lucidez, por su falta de moralina y la ausencia de concesiones y la presencia de mucho realismo en un tema que el teatro pocas veces aborda: el derecho.

Un momento del montaje de Razas, Rico, 2011.
Me perdí mucho diálogo porque no últimamente no oigo muy bien y porque en algunos momentos los actores hablaban de espaldas al público, pero no me fue posible dejar de distinguir (y de apreciar) de nuevo el bisturí eléctrico de Mamet en un tema que le gusta mucho a este blog: las imágenes del derecho: así el despacho de abogados interracial, una gozada para el mundo (mundos) del imaginario (imaginarios).

Fotografía de M. A. Pérez

Le agradezco a María Ángeles Pérez, otra buena estudiosa del imaginario jurídico, profesora de derecho procesal (y fotógrafa muy intuitiva) la deferencia y la amabilidad en proporcionarme sobre estas cosas inteligentes comentarios y muchas fotos.