El conformista (Bertolucci, 1970) es una de mis películas preferidas de todos los tiempos, una de las mejores del cine europeo de los años 70, un ejemplo de la gran aportación de Italia a este arte (de la cinematografía italiana prefiero su cine político entreverado de surrealismo antes que su engañoso neorrealismo), una modélica adaptación de Moravia y una fina disección del fascista como ser miserable, débil, gregario y psicológicamente dañado.