viernes, 15 de mayo de 2020

La norma y la imagen: Itard contra Rousseau


L'Enfant sauvage, François Truffaut, 1970.


«Itard, con su potente prosa, describe el caso de este feral no sólo como médico y pedagogo, sino como ilustrado francés. Cuando este pequeño salvaje viajó de Aveyron a París a finales del siglo XVIII, rodeado de gran publicidad y expectación, Víctor no era, desde luego, un niño, pero tampoco solamente un animal. El niño selvático suponía la posibilidad de contrastar empíricamente las ideas filosófico-antropológicas del tiempo de la Razón respecto de su más preciado objeto de reflexión: la naturaleza humana.

Tanto las imágenes del film de Truffaut, como el libro de Itard, con portentoso estudio preliminar y notas de Sánchez Ferlosio, ilustran algunas cuestiones propias de la filosofía moral, política y del derecho: demostración de la naturaleza socio-lingüística de los hombres y refutación de la (falsa pero poderosa) imagen del «buen salvaje»: el hombre no nace bueno ni malo: la sociedad hace humano al hombre». *



Itard, J. M. G.: Víctor de l'Aveyron, Madrid: Alianza, 1982. 

* García Cívico, J., «El pequeño salvaje: la naturaleza social del hombre», Derecho y cultura: la norma y la imagen / coord. por Ignacio Aymerich Ojea, Jesús García Cívico, 2019,  págs. 197-199.


La norma y la imagen. Adiós a Genovés: Iconografía de una reconciliación (El Abrazo)







Fecha:  1976
Técnica:  Impresión offset sobre papel
Dimensiones:  Imagen a sangre: 51 x 68,5 cm
Categoría:  Arte gráfico






El País
Ángeles García 



El artista Juan Genovés, pintor de multitudes y nombre destacado de la cultura de la Transición española, ha fallecido a la 1:30 de la madrugada de este viernes en el hospital de La Zarzuela por causas naturales. A punto de cumplir 90 años este mes, el pintor se encontraba trabajando para una exposición que iba a celebrarse en su galería, Marlborough, que ha confirmado su fallecimiento.


En su juventud, Genovés se formó artísticamente en la Escuela de Bellas Artes de Valencia, ciudad en la que nació en 1930. Su arte expresó siempre un fuerte compromiso social y político, plasmado en obras destacadas de la historia del arte reciente en España como El abrazo (1976), una pieza que conserva el Reina Sofía y que en 2016 se trasladó simbólicamente al Congreso de los Diputados. La obra sirvió primero de imagen de un cartel de Amnistía Internacional y después como base para la escultura que desde 2003 homenajea en Madrid a los abogados asesinados en 1977 en la calle de Atocha.

A lo largo de sus más de cinco décadas de carrera, Genovés pintó a una multitud de multitudes: cuadros donde las personas se ven desde la altura, a distancia, como animalillos con sus rasgos desdibujados que se fusionan en una especie de entidad conjunta. A través de estas obras, el pintor quería hablar de ideas contrapuestas y a la vez complementarias, como son la soledad del individuo (especialmente el moderno, el urbanita) y su participación en la empresa común de la vida.

Genovés fue una figura de primera línea del arte español desde la posguerra y durante la Transición, posicionado siempre del lado de la oposición antifranquista. La angustia de la sociedad contemporánea atravesó buena parte de su trabajo, que ha sido expuesto en ferias y colecciones desde Arco hasta el Museo Reina Sofía. Una de sus exposiciones más recientes tuvo lugar en el centro Niemeyer de Avilés a lo largo de 2019, La unidad dividida por cero, una propuesta en colaboración con sus tres hijos: el fotógrafo Pablo Genovés y sus hijas Silvia y Ana Genovés, también artistas.

Genovés formó parte de varios grupos artísticos, apostando con fuerza por la pintura figurativa frente al informalismo que triunfaba entre muchos jóvenes. Estuve muy comprometido con los grupos de oposición al régimen de Franco y fue en esa época cuando se acercó a uno de los temas que han sido una constante en su obra: la soledad y la multitud. De la denuncia social que caracteriza sus obras del tardofranquismo se fue moviendo hacia el retrato del conjunto de la sociedad en lienzos cinematográficos y distantes muy cotizados y valorados.

En una entrevista con este periódico, en 2017, cuando estaba a punto de cumplir 87 años, Juan Genovés recorrdaba cuando a sus 31 se convirtió en el primer artista español en fichar por la poderosa galería londinense Marlborough. Corría 1964 y el fogoso comunista de entonces ocupaba un rincón del Pabellón de España en la Bienal de Venecia junto a otros artistas. Fue su pintura, una multitud en la que se reflejaba el miedo de un país en mitad de la negra noche de la dictadura, la que llamó la atención de los expertos internacionales. “Yo era un muerto de hambre sin galerista. Frank Lloyd, copropietario de Marlborough, quien me preguntó si quería trabajar para ellos. Me dijo que llevaba a Lucien Freud, Moore, Francis Bacon… Ahora es una galería muy importante. Entonces era la mejor del mundo”.

Convertido en un artista reconocido y cotizado, nunca quiso abandonar España pese a las propuestas para instalarse en Londres o Estados Unidos. Desde hace casi medio siglo se instaló en las afueras de Madrid con su esposa Adela Parrondo en una casa en la que también tiene su estudio. Allí le visitaban a menudo sus tres hijos artistas: Pablo, Silvia y Ana. Metódico y disciplinado, cada día dedicaba al trabajo unas ocho horas. Caminaba y leía mucho. De vez en cuando, contó, tomaba el tren y viajaba a su Valencia natal para, si es posible, ir a Mestalla a ver a su equipo del alma.

El conocido como pintor de las multitudes formó parte de colectivos muy significativos en la España de posguerra: Los Siete (1949), Parpallós (1956) y Hondo (1960). En este último grupo, Genovés desarrolló una pintura de carácter expresionista. En los últimos años dió un giro hacia la investigación del movimiento estático en la pintura, la presencia humana se convirtió en la referencia para hablar del problema de la pintura y el ritmo visual. Entre sus exposiciones individuales destacan: Marlborough Gallery, Nueva York (2016); Juan Genovés. Multitudes. Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Fenosa, MAC, La Coruña (2016); Juan Genovés. Recent Paintings. Marlborough Fine Art, Londres, Reino Unido (2014); Crowds, Centro del Carmen, Valencia (2013) Marlborough Gallery, Nueva York, EE.UU. (2012); Recent Paintings, Marlborough Fine Art London, Londres, Inglaterra (2009); Retrospectiva (1992-2002), Museo de Arte Moderno, México DF (2002). Su obra se encuentra en numerosas colecciones de todo el mundo como: Museum of Modern Art, Nueva York, Guggenheim Museum, Nueva York, The Art Institute of Chicago, IVAM, Valencia, Galeria Nazionale d`Arte Moderna, Roma, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid. Fue galardonado con la Mención de Honor (XXXIII Biennale de Venecia, 1966), el Premio Nacional de Artes Plásticas (1984) y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2005), entre otros.

domingo, 3 de mayo de 2020

Ognjen Glavonic: Documentación, los papeles del camión

Entre otras cosas, el siglo XXI comenzó con el descubrimiento de fosas comunes llenas de los cuerpos muertos y mutilados de micro-matanzas étnicas. Los cadáveres de las "limpiezas étnicas" de los nuevos criminales fueron amontonados en camiones con siniestros salvoconductos. 

Lo cuenta Ongjen Glavoníc en forma de poético documental «Depth two» (2016) y de crónica íntima y ficcionada en «The Load» (2018).



En lo que respecta al docuemental, la mayor parte de los testimonios fueron grabados en los juicios de Milošević y sus subordinados en el Tribunal Internacional de la Antigua Yugoslavia en La Haya. «Depth two» es una combinación de estremecedores testimonios orales y elegantes imágenes de lugares donde sucedieron los crímenes hace 17 años capaz de permitir atisbar la temperatura física y moral del penúltimo horror europeo. Empieza como un thriller policiaco y deviene una desgarradora reflexión sobre un crimen de guerra narrado por sus víctimas y verdugos, atormentados supervivientes. Seis años de investigación, una obra maestra.

«Una combinación de testimonios orales e imágenes de lugares donde sucedieron los crímenes hace 17 años ensamblan este escalofriante docu-thriller experimental sobre una fosa común en los suburbios de Belgrado. En un intento de destapar, iluminar y dar voz a estas historias, que han sido deliberadamente silenciadas, "Depth Two" se dirige directamente a la percepción, imaginación y emotividad del espectador de una forma hipnótica y meditativa. En su director, Ongjen Glavonić, tenemos el primer cineasta serbio en afrontar sin tapujos los crímenes de guerra de su país. Un documental/thriller experimental sobre una fosa común en los suburbios de Belgrado. En un intento de destapar, iluminar y dar voz a estas historias, que han sido deliberadamente silenciadas, la película se dirige directamente a la percepción, imaginación y emotividad del espectador, de una forma hipnótica y meditativa».  Filmin

En «The Load», Ognjen «busca desentrañar las causas del "silencio" y del "desconocimiento" de la sociedad serbia sobre los crímenes que se cometieron durante el conflicto que llevó a la desintegración de Yugoslavia». Sobre el estreno del film en el Festival de Gijón. (La Vanguardia)