sábado, 29 de diciembre de 2012

fin de año: take shelter, las actas de los juicios de Flaubert y Baudelaire: ya todos somos libres de elegir, ya todos somos burgueses




"Atrapado en la jaula de mi asombro, no doy un paso para el mundo, no salgo fuera, vamos. Acaso como el loro de Flaubert ya sin barrotes pero inmóvil. ¿O es que no llegó a alcanzarle a éste también en algún momento, de alguna forma, de súbito, el lúcido impacto de su insignificancia?"en GARCÍA CÍVICO, Jesús, Aforismos en Word, poemas con auto-reverse, Europe is living a celebration Ed., Stalingrado, 2012
"Kafka High School: Cuando llegan los exámenes todo el mundo se considera portador de un caso" en GARCÍA CÍVICO, Jesús, Aforismos en Word, poemas con auto-reverse, El siglo XX lo habrá vivido tu padre (eds.), Valencia, 2012
"Hay atrocidades en el interior de nosotros tales que para observarlas bien hemos de predicarlas de los otros, cosa que ya hizo Eurípides en Medea: el tema del amor que se torna pronto en odio. El sadismo de la guerra en Melos, la locura en Mitélene como reverso de un gran amor, de un desenfrenado amor político se presenta, no a través de un soldado brutal o de un político furibundo sino de una mujer vengativa que curiosamente deja atrás a su contrapunto masculino, impotente, aniñado, pasivo, incluso… ¡verosímilmente anonadado!" en GARCÍA CÍVICO, Jesús, Aforismos en Word, poemas con auto-reverse, Colección: We are free to choose: we are all bourgeois now, Malí, 2012


Acaba el año y no tengo ganas de escribir ninguna entrada, es la verdad. Esa es la verdad. Me apetece más repasar los días que han pasado, decir que "Take Shelter" (Jeff Nichols, EEUU, 2012) y "Das letze Schweigen" (Baran bo Odar, Alemania, 2012) son los estrenos que más me han agradado, que como me ocurrió hace un par de años con The XX coincido con el Mercury Prize ("An Awesome Wave" el disco de Alt-J es un album fabuloso). No me apetece escribir una nueva entrada y sin embargo hay que escribir en el blog porque si no el blog se muere. Hay que darle de comer. Ramón Gómez de la Serna lo diría mucho mejor.

La tragedia del pederasta: "Das letze Schweigen" (Baran bo Odar, Alemania, 2012) 

Lo que me apetece es escribir del año que acaba, decir que el concierto que más disfruté fue el de esa chica de New Jersey que cantaba con cara de loba: Sharon van Etten, que estuvo bien ir al teatro a ver al Tío Vania, que me emocioné leyendo a Felisberto Hernández Malcom Lowry y Boumill Hrabal, qué pasé un buen rato hablando de lo simples que son Jan Saudek y Lars von Trier con una poetisa de Brno ¡que hasta me gustaron las memorias de Auster! A veces pienso que todo existe (el universo, la historia) para que podamos hacer un chiste, no un gran chiste, más bien una ligera humorada. Una entrada de blog. Humildemente creo que identificar la vida con la realidad resulta de una ingenuidad o bien cándida o bien maléfica, según el grado o la profundidad de nuestra melancolía.

Photo: Jan Saudek. Un colega del Centro Danés de los derechos Humanos también me dijo que Lars von Trier era muy buen director pero tenía fama de tonto.

Me apetece hablar de pintura, de Pina Bausch, de Chet Baker, de Tarkovski, de la actualidad de la escultura del tiempo por sobre la de Pablo Serrano y no de la norma y la imagen pero si no hago ahora esta entrada sobre la que llevo tiempo volviendo, regresando a la entrada para compartir la desazón que me produce aquel retrato de Flaubert en el que el autor de "la educación sentimental" parece guardar un ligero aire de familia con José Antonio Labordeta, tengo miedo de no hacerlo nunca. ¿No lo haré nunca? Pues bien. No lo haré nunca. Apenas lo dejaré como lo dijo Tabarovski : las Actas completas de los juicios a Flaubert y Baudelaire, así tal cual, no encajan mal en un blog dedicado a la norma y la imagen.

Queríamos tanto a Labordeta. Por cierto ¿no hay algo raro en el libro de Julian Barnes "El loro de Flaubert"? 

"Las actas completas de los juicios a Flaubert y Baudelaire no son sólo un documento histórico, ni un testimonio de época, ni mucho menos una curiosidad perdida, sino un conjunto de extraordinarias piezas de crítica literaria que fundan, en el corazón mismo de la modernidad, una discusión que atañe a la literatura y a la cultura contemporánea: apuntan a la relación tensa entre literatura y sociedad, a la pregunta por la autonomía del arte, a la interrogación por las condiciones sociales de recepción de un texto y, sobre todo, a la posibilidad de que la literatura roce la novedad, mantenga cierta intimidad con la ruptura, con lo nuevo, con aquello que viene a cambiar el estado de las cosas.

Es que en los alegatos del fiscal, en los fundamentos de los abogados defensores, e incluso en los veredictos de los jurados, se juegan estrategias de política literaria capaces de señalar problemas de una vigencia inesperada.

La más importante entre ellas: el surgimiento, en todo su esplendor, del narrador como institución, marcado por una distancia irremediable frente a lo narrado.


Allí reside entonces el interés de publicar El origen del narrador. Actas completas de los juicios a Flaubert y Baudelaire, en seguir planteando esas preguntas, esas dudas, ese merodeo sobre la situación de la literatura en la sociedad y en el mercado, sobre la posición del autor frente al libro y del narrador en el texto. Preguntas que la literatura contemporánea no deja de formularse, sobre las que vuelve una y otra vez.
Pasemos ya a los hechos. Estamos en 1857, durante el Segundo Imperio Francés, y Flaubert, por Madame Bovary, y luego Baudelaire por Las flores del mal, son acusados de presuntas "ofensas a la moral pública y a la religión". No sólo ellos, sino también sus editores e imprenteros. Por cierto, la práctica de la censura por vía judicial es muy común en esa época. Ese mismo año cae condenada.

 Los misterios del pueblo de Eugéne Sue, por describir con demasiada simpatía las revueltas de 1848, entre otros libros y autores. Tiempo antes, los hermanos Goncourt habían visitado los tribunales —en su caso por un artículo periodístico— y luego dejaron constancia en su Journal de un asunto crucial: "es verdaderamente curioso que sean los cuatro hombres más puros de todo el oficio y todo industrialismo, las cuatro plumas más enteramente dedicadas al arte, las que hayan sido citadas ante los bancos de la policía correccional: Baudelaire, Flaubert y nosotros". Es que la aparente paradoja de los Goncourt, no es tal: lo que se estaba juzgando no era sólo un libro u otro, sino un estilo, una manera de entender la literatura, de comprender el lugar de lo literario en la sociedad. Y eso lleva un nombre: realismo. Es el uso del indirecto libre, de la escritura impersonal, impasible, o dicho de otro modo, la ruptura para siempre entre autor y narrador en Flaubert, lo que irrita al Segundo Imperio; es el uso de materiales bajos, la reformulación irreparable del ideal de belleza en Baudelaire, lo que perturba al poder.

Como escribe Hans Robert Jauss: "El proceso a Madame Bovary muestra que una forma estética nueva puede acarrear también consecuencias de orden moral". Esta forma nueva, agrega Giséle Sapiro en La responsabilité de l'ecrivain. Littérature, droit a morale en Frunce, "es el principia de la narración impersonal que, asociada al procedimiento estilístico del discurso indirecto libre, lleva al error de interpretación de parte del Ministerio Público, debido a una confusión entre el autor y su personaje". Flaubert no es ajeno a este horizonte, y rápidamente percibe el carácter profundo de lo que sucede. En una carta a Jules Champfleury escribe: "me alegra que comprenda que mi causa es la de la literatura contemporánea toda".
Detengámonos un instante en este punto, entonces: es la aparición de una nueva forma, de una escritura, lo que pone en cuestión el orden establecido. Si hay una paradoja en el Segundo Imperio, si perdura alguna enseñanza aún hoy, si hay alguna extravagancia en Flaubert y en Baudelaire, es que eso que, a primera vista, aparece como mero formalismo, como puesta en escena de una escritura que coquetea con su autoconciencia, como la pesquisa fatal de una sintaxis emancipada, y sobre todo, como la búsqueda de un espacio literario autónomo, eso, precisamente eso, esa radicalidad de la forma es lo que desafía las convenciones y funda un nuevo tipo de institución literaria. Como escribe Sapiro: "el escándalo que provoca el atentado contra los marcos de la percepción y de las normas de representación tiene aquí un carácter inaugural".
Avancemos sobre Flaubert, o mejor dicho, retrocedamos. A 1856, año en que aparece Madame Bovary como folletín en La Revue de Paris, dirigida por Máxime du Camp. La publicación de la novela es objeto de debates internos, y la Revue decide, para evitar ser censurada y clausurada, eliminar algunos pasajes del texto. Flaubert lo acepta a regañadientes, pero hace agregar una nota donde indica que el texto publicado presenta cortes. Se modifican entonces la escena del paseo en coche y una parte de la agonía de Ema.
Pero no alcanza. El Estado decide llevar el libro a juicio. Llegamos así al viernes 30 de enero de 1857, día en que comienza el proceso a Madame Bovary, en la Sala Sexta del Palacio de Justicia, colmada de público. Al lado de Flaubert se sienta su abogado defensor, Jules Senard, un jurista célebre, crítico del régimen y defensor de cierto republicanismo moderado. Un poco más lejos el imprentero y el editor. Está también el terrible Fiscal Imperial, el vigoroso Ernest Pinard, quien toma primero la palabra. Luego sigue la defensa, y finalmente el jurado. La sentencia: "El tribunal los absuelve de la acusación lanzada contra ellos y declara los costes del oficio".
Como una película de suspense no contaremos el final. O mejor dicho, ya lo hemos contado. No importa. No contaremos entonces lo sustancial, no el veredicto sino el proceso, los argumentos que hacen que el autor —Flaubert— salga victorioso y, a la inversa, el estilo —el realismo— sea cuestionado. Allí, en el desarrollo de los discursos del fiscal y del abogado defensor, como decíamos más arriba, se legitima la figura del narrador moderno, tal como lo conoce la crítica literaria desde entonces.
Baudelaire compadece ocho meses después, el 20 de agosto de 1857. Es un día tórrido, y, según los testigos, el poeta viste íntegramente de negro. Hay algo conocido en la escena: estamos nuevamente en la Sala Sexta —siempre colmada— y frente a Gustave Chaix d'Est Ange, el abogado defensor, de sólo 25 años, se encuentra el mismo Fiscal Pinard, deseoso de su revancha. Más lejos, también, el editor y el imprentero. La sentencia: "En lo que respecta al delito de ofensa a la moral religiosa [...; absuelve a tos inculpados [...] en lo que respecta a las acusaciones de ofensas a la moral pública y las buenas costumbres [...] han cometido el delito de ultraje [...] se condena a Baudelaire a 300 francos de multa [...] ordena la supresión de las piezas que llevan los números 20, 30, 39, 8o, 81 y 87 de la compilación. Condena a los acusados solidariamente a los gastos". Pese a su dandismo, a su evidente modernidad, quizás haya todavía en Baudelaire un deje de romanticismo (ausente en Madame Bovary) que permite al Fiscal y al Jurado, superponer la figura del autor con el yo lírico del narrador de los poemas. Suficiente como para ser condenado (la autonomía literaria, esa utopía).
El 1° de junio de 1949, casi un siglo después, aparece en la Gazette des Tribunaux la Revisión de la sentencia de 1857 por el Tribunal Supremo, donde se lee, casi al final:
"Por tales motivos, casa y anula la sentencia emitida el 20 de agosto de 1857 por la Sexta Cámara del Tribunal Correccional del Sena, en su condena a Baudelaire". Pero claro, esa es otra historia". (1)

Prólogo a “El origen del narrador". 
Damián Tabarovsky prólogo del libro "El origen del narrador Actas completas de los juicios a Baudelaire y Flaubert", Mardulce, 2011. 


Por dejar entrever un estado de vulnerabilidad afín a aquel que, dando la razón a Bauman, convierte el clásico ejército de mano de obra de reserva a masa inútil y sobre todo prescindible. Porque Jessica Chastain además de su belleza tranquila pero rotunda nos ofrece otra interpretación magistral a la altura de Michael Shannon que lo tenía algo más fácil. Porque permite una lectura que aquí nos gusta mucho, esa que no se alcanza con el análisis sino con el relato de imágenes: la repercusión de la crisis económica y social o mejor, la repercusión de la banalidad y de la indecencia de los actos de unos tontilocos como incertidumbre emocional, como inquietud o mejor como inestabilidad (eufemísticamente como dinamismo o como flexibilidad) de muchos. La crisis como angustia, como incomprensión, como pura soledad. Por todo eso creo que "Take Shelter" es la mejor película de 2012.
 
(1) El origen del narrador. Actas completas de los juicios a Flaubert y Baudelaire tomó como referencia las ediciones de las Obras de Flaubert y Baudelaire de la Bibliothéque de la Pleiade, de editorial Gallimatd. Para las citas de los poemas de Las flores del mal se usó la excelente traducción de Américo Ctistófalo (Colihue, Buenos Aires, 2006). Se cotejó también Acusados: Flauber y Baudelaire, que incluye un muy valorable ensayo de Ricardo Cano Gaviria (Muchnik Editores, Barcelona, 1984), así como una serie de textos secundarios, entre ellos Souvenirs Littéraires, de Máxime du Camp (L´Harmattan, París, 1993) y Flaubert savait-il écrire? Une querelle gramaticale,1919-1921 (EIlug, Grenoble, 2004).



viernes, 30 de noviembre de 2012

cínica, necesaria guardia irlandesa



"No veo invención más dulce que la anestesia y sin embargo sabemos que hasta ésta cuenta con detractores. Fascinado por los reparos de aquellos que no valoran la posibilidad de mitigar el dolor, cualquier dolor, recuerdo que tampoco el "estado de bienestar" gozó nunca de simpatía universal".

"Hasta en lo que tiene que ver con los vegetales predica todo el mundo con fruición: desde el perverso hasta el histérico" 

"No puedo ver películas de James Bond, ni el Wrestling, ni cine de romanos. No puedo verlo por exceso de otredad, esto es, por la misma razón que no podría usted ver algo que no cupiera ser dicho o…pensado."


"Dentro los locos (algunos locos); fuera los ricos, los poderosos, los no diagnosticados."
J. G. Cívico, Aforismos en word, poemas con autoreverse, Valencia, 2012

Con bastante retraso, anoche disfruté con el DVD (creo que soy de los pocos que sigue yendo al video-club) de "The Guard" la poco pretenciosa película de John Michael McDonahgh.
Martin McDonagh, hermano de John Michael, ya protagonizó otro innovador acercamiento al género negro, aportando una mezcla de clacisimo B y humor endiablado: "Escondidos en brujas". La relación de los personajes interpretados por Brendan Gleeson con el delito, la infracción de las normas o las drogas es tan personal e independiente como periférica. Vividor, bebedor, mujeriego pero sobre todo antiautoritario, este cínico sujeto poco convencional e incorrecto resulta al final ser un perfecto agente del orden, un tipo de principios, un auténtico guardián del sentido de la norma. Un curioso redentor del cuerpo policial. Comprometido con lo que realmente importa, el guardián debe, dicho en la forma de Rorty, evitar los actos de crueldad (el dolor, la tortura, el sufrimiento). Los actos de crueldad son lo peor que hay.
El guardián saca la placa cuando realmente hace falta y sólo cuando hace falta; lo hace para evitar el abuso del fuerte sobre el débil. El guardián no es débil con el fuerte, the guard bebe cerveza y hace chistes incorrectos; el guardián combate los turbios tentáculos, los feos negocios del dinero sucio, las estafas del poderoso fanfarrón, del tontilisto sin escrúpulos, de la mafia y de los amigos de la mafia.
Gleeson: un vaquero a la peckimpah, un cínico gary cooper post-crepuscular.


(The Guard, John Michael McDonagh, Irlanda, 2012).
En España se tradujo con tan imaginativo como innecesario esfuerzo como El Irlandés.



viernes, 9 de noviembre de 2012

what´s the frequency, civico? algunas películas para amar el cine


Y era impensable poder sobrevivir uno a los cines (a todos los cines de la juventud, a todos los cines de una sala). Perder los cines: experiencia propia del tiempo de progreso.
A menudo si necesito escapar a un escenario respirable acudo a un filme policiaco de tipo posmoderno, un thriller vulgar e inverosímil, aspirando a habitar en él la casa de uno esos malvados tan bien educados, viles sofisticados, monstruos de modales impecables amantes de libros y tertulias.
GARCÍA CÍVICO, Jesús, Aforismos en Word, poemas con auto-reverse, Nijmegen, 2012


Un buen estudiante es aquel que tiene curiosidad. Curosidad por saber cosas, interés por conocer más profundamente las cosas, las relaciones entre las cosas, la sociedad, uno mismo, el mundo  y todo eso.
Hace poco una buena estudiante me pidió que le recomendara algunas películas en general pues, según me dijo, no conseguía que le interesara el cine (se dormía en el cine) y también que seleccionara unas en concreto que tuvieran como fondo cuestiones que, por estar relacionadas con el derecho, sirvieran también para conocer más profundamente el derecho, las relaciones de las cosas con el derecho, la sociedad, uno mismo, el mundo y todo eso.

Mi relación con el rótulo "cine y derecho" es ambigua: por supuesto aprecio y disfruto el esfuerzo de profesores como Javier de Lucas, Ricardo Manrique, Mario Ruiz, Benjamin Rivaya y algunos otros por incorporar la reflexión sobre el derecho desde el cine. Me parece estupendo, yo mismo tengo un blog (éste) que a veces trata de esas cosas. Sin embargo, como me gusta tanto el cine a veces me sabe mal que el cine sirva para algo, y no sea, como creo que debe ser, una cosa completamente inútil.
Pero quiero ir al grano.

Contagiar una emoción como contagiar un resfriado es tan difícil que apenas me atrevo a compartir aqui la forma en que me enamoré del cine. Lo voy a hacer por si fuera cierto eso de que no somos tan distintos unos de otros y sea este un recorrido que acaso pueda hacer alguien más de la misma forma  (algo de lo que cabe dudar).
También incluiré dos títulos que tienen que ver con el derecho y que son películas que dan verdaderas ganas de ser buenos abogados y no canallas sin sensibilidad y sin escrúpulos, listichulos de pelo engominado y bolsillo lleno de billetes marcados.

Creo que la primera película que me contagió un amor profundo por el cine fue "El pequeño salvaje". Tenía 11 años y debió ser tal el contagio que me produjo la serena interpretación de François Truffaut como el  pedagogo Jean Itard que hoy cotizo como profesor en la seguridad social.

"El pequeño salvaje", Truffaut, 1969.
En todo caso si hubo un director "contagioso" ese debió ser Alfred Hitchcock. Creo que sus mejores películas son "Vértigo" y "Encadenados" pero a mí las que me provocaron el amor por el cine fueron "Los pájaros", "Pero quién mató a Harry" "Con la muerte en los talones". No lo supe entonces, pero desde que encontré en la librería de mi barrio un libro de Truffaut "El cine según Hitchcock"* y ví que este director francés que había interpretado a Itard en mi película preferida también amaba el cine de suspense de Hitchcock, el cine que iba a ver el resto de mi vide seguiría el patrón truffaut-hitchcock, admiración total del primero hacia el segundo, cierto desconocimiento del segundo hacia el primero, películas de suspense terror por parte del primero, homenajes a su maestro por parte de Truffaut pero también películas sobre el amor, sobre el crecimiento (la serie de películas sobre Antonie Doinel interpretadas por Jean Pierre-Leaud, "Los cuatrocientos golpes", "Besos robados"...). Es así que me emociona igual una buena película de terror que un buen drama.
"Con la muerte en los talones" (North by northwest, Hitchcock, 1952)
"Besos robados" Truffaut, 1968
Aún siendo yo muy joven, la segunda cadena de televisón programó un ciclo dedicado a un director alemán que se llama Werner Herzog, hoy, treinta años después de ver "El enigma de Gaspar Hauser" (una película con un tema similar a la historia de Victor del Aveiron en "El pequeño salvaje", los niños selváticos), sé que Herzog será siempre mi director preferido. Antes me había quedado infantilmente hipnotizado con "Ciudadano Kane" de Orson Welles en un pase en el programa La Clave y con algunas películas maravillosas de la Universal como la adaptación de James Whale de "Frankenstein" y aún mejor "La novia de Frankenstein" en los años 30, Murnau, Eisenstein, von Stroheim o el cine de Jacques Tourneur para la RKO, la ambigüedad de la mujer pantera, Rosellini, Hawks, las maravillosas películas de Michael Powell.


"Las novia de Frankenstein" James Whale, 1935

Hay películas como "Grupo salvaje" de Sam Peckimpah, "Ladrón de bicicletas" de Vittorio de Sica, "2001: una odisea en el espacio" de Kubrick, "El sirviente" de Losey, "L´Atalante" de Jean Vigo, "Tiempos modernos" o "El gran dictador" de Chaplin, "Una noche en la ópera" de Leo McLarey con los Hermanos Marx, "La regla del juego" de Renoir, "Cantando bajo la lluvia" de Stanley Donen que son tan, tan, pero tan buenas que uno se suma simplemente a la convicción de que están entre las mejores películas de la historia del cine y eso dificulta que ocupen también la lista de sus películas preferidas. Otras dependen de cuándo, cómo o con quién se vieron. Yo las veía siempre solo, así "Cautivos del mal" y "Dos semanas en otra ciudad" de Mankiewicz, "Blow up" de Antonioni, "If..." de Lindsay Anderson, "El baile de los vampiros" de Polansky o "Atlantic City" de Louis Malle son películas que me acompañaron de una forma tan cálida y tan íntima que estarán siempre entre mis preferidas pero no las he vuelto a ver desde hace treinta años asi que no sé si la recomendaría. Desempeñaron un papel, como le gusta a la gente decir.

"Cantando bajo la lluvia" Stanley Donen, 1952
Cuando crecí encontré mis directores personales, es decir algo tan poco intersubjetivo que no lo podría compartir con nadie, responden a mi viejo patrón truffaut-hitchcock y son un estupendo director de terror de serie B, John Carpenter, y un discípulo de Robert Altman que se llama Alan Rudolph: "Asalto a la comisaría del distrito 13" y "La niebla" del primero y "Welcome to LA", "Trouble in mind" o "Elígeme" de Rudolph están entre mis películas, pero sé por experiencia que no opina lo mismo mucha gente.
Estoy subrayando en negrita (en color naranja) las preferencias más comunicables. Ingmar Bergman es otro de mis directores preferidos, pues nadie como él ha sabido iluminar con imágenes la oscura naturaleza de los sentimientos del hombre. Otros directores preferidos son Luis Buñuel, Kenji Mizoguchi o Federico Fellini, pero como veís no todos están en negrita.

"Choose me" Rudolph, 1984 (una de "mis películas", esas que no me atrevería a recomendar a nadie)

Con el tiempo me he dado cuenta de que tengo mi propia teoría sobre qué es una buena película o quién es un buen director: son los que han hecho las películas con excelente técnica, un buen guión, una buena fotografía y todo eso pero sobre todo son películas que están hechas con mucha ilusión y mucho cariño. Si uno ve hoy una película de Wes Anderson o se detiene en la compleja coreografía de una escena de Altman, por ejemplo en "Vidas cruzadas" o en "Gosford Park" notará que lo ha hecho con talento pero sobre todo lo ha hecho dejando muchas horas de su vida en un detalle de la película. En lugar de hacer otras cosas hacía como si lo único importante del universo (como si lo único que hubiera en el universo) fuera un trozo de su película.

Dirigir una escena con un decena de actores entrando y saliendo en el plano no debe ser fácil, en "Gosford Park" Robert Altman hace que se muevan todos como cisnes.
No recuerdo un asesinato más conmovedor.

El cine de Woody Allen tiene todo eso además de una increible inteligencia y elegancia, creo que las mejores películas  de este director son "Annie Hall", "Hannah y sus hermanas" y "Todos dicen I love you". En mi juventud hubo películas que me fascinaron como "Paris, Texas" de Win Wenders, "Blade Runner" de Ridley Scott, "Underground" de Emir Kusturicka o"Terciopelo Azul" de David Lynch.

Woody Allen parece haber leído, digerido y luego volcado en sus películas la mejor filosofía del siglo XX y es uno de mis directores preferidos.
"París, Texas" Wim Wenders, 1984. Una de las películas más hermosas de la historia del cine.

En la primera década de este siglo me han encantado películas como "2046" de Wong Kar-Wai, "Control" de Anton Corbijn, "Melancholia" de Lars von Trier o "Paranoid Park" de Gus van Sant.

"2046" de Wong Kar-Wai.

¿Cine y derecho?
A mí me gustó el derecho desde que vi "Vida de estudiante" una serie sobre estudiantes de derecho y disfruto viendo películas de países distintos pero que tienen ese trasfondo común sobre el componente humano de "la norma", así "Rashomon" de Kurosawa, "El último viaje del juez Feng" de Liu Jie, o recientemente "Nadier y Simin: una separación" una estupenda película iraní, pero si tuviera que arriesgarme a recomendar dos películas del tipo "cine y derecho" lo haría con "Matar a un ruiseñor" Robert Mullingan, 1962, una película donde el personaje de Harper Lee interpretado por Gregory Peck, Atticus Finch, se convierte en el mejor icono del abogado íntegro; y "Veredicto Final" de Sidney Lumet, 1982, en la que el abogado interpretado magistralmente por Paul Newman salva su vida precisamente gracias al derecho.

"Veredicto final" Sidney Lumet, 1982.

A todos los que nos gusta el cine mucho, nos gusta mucho hacer listas. Esta es la lista de películas que recomendaría a alguien para que comience a apasionarle el cine.

Lista de películas para contagiar el amor por el cine

1.  "Con la muerte en los talones", "Los pájaros", "Quién mató a Harry", Vértigo"... de Alfred Hitchcock
2. "Cantando bajo la lluvia" Gene Kelly, Stanley Donen, 1952
3. "Los cuatrocientos golpes", "Jules et Jim", "El pequeño salvaje" de FrançoisTruffaut
4. "Tiburón", "ET" de Steven Spielberg
5. "Ciudadano Kane" Orson Welles, 1940.
6. "Annie Hall", "Hannah y su hermanas", "Manhattan", "Todos dicen I love you" de Woody Allen
7. "Paris Texas" Wim Wenders
8. "Frankenstein" y "La novia de Frankenstein" de James Whale, 1931.
9. "Amarcord", "8 y medio" o "La dolce vita" de Federico Fellini
10. "Control" Anton Corbijn, 2007; "2046" Wong Kar-Wai, 2005, "Melancholia" Lars von Trier, 2011, "Drive", Windin Refn  2011.

"Drive" de Windin Refn es un thirller muy reciente (demasiado reciente) pero yo creo que figurará entre las mejores películas de la década, por su estilo frio y sofisticado y por la escena del ascensor que ilustra bien eso del enorme cariño y dedicación con que se hacen las buenas películas: "mi película no es un trozo del universo ¡qué va! mi película es todo el universo..."


*"Truffaut, François, El cine según Hitchcock, Madrid, Alianza, 1988.

miércoles, 17 de octubre de 2012

escultura axiológica: libertad y venga, va, hazme una fotina (libertad con frudakis)


"nuestras vidas son los niños que van a nadar en el mar que es el morir ¿pero son nuestras vidas los niños que van a nadar en el mar?"
J. G. Cívico, "aforismos en Word, poemas con autoreverse", Valencia, La gata inquilina ed., 2012


"Freedom" Zenos Frudakis. Escultura en bronce. 16th y Vine Street (Philadelphia) 

"Freedom" Zenos Frudakis. Escultura en bronce. 16th y Vine Street (Philadelphia)

"Freedom" Zenos Frudakis. Escultura en bronce. 16th y Vine Street (Philadelphia)

Zenos Frudakis y "Freedom" Zenos Frudakis. Escultura en bronce. 16th y Vine Street (Philadelphia)






gracias a E. P.

jueves, 4 de octubre de 2012

valencia-graffiti (II)

 
 

“Habría que prohibir esto o lo otro”. He aquí la forma más común de manifestar nuestras preferencias pero también nuestros miedos. De entre todas, sólo ha de inquietarnos si la pronuncia el hombre de carácter político. Como todos con ese prohibir esto o lo otro sólo hace que exponer públicamente (con una desinhibición ya sospechosa) sus gustos y sus aprensiones, aunque a diferencia de todos éste opta con bastantes garantías a verlas reflejadas en el BOE.


 
"Esta es tu verdad y esta la mía", he ahí la forma en que suelen acabr muchas disputas sobre cuestiones estéticas, morales o de justicia. De lo que no tiene verdad se acaba predicando la verdad dos veces.
 
 
 
 

Justicia poética: Cuando la hago / la pago.
 
 

Justicia disfuncional: ojo por diente.
John Rawls prestigioso filósofo político propuso que en la posición original, bajo lo que llamó “el velo de la ignorancia”, abandonaríamos la parcialidad para encontrar algo más justo. ¡Vamos! ¿Es que nadie en su sano juicio elegiría simplemente permanecer allí?
 

ius limitum: como en famoso juicio del rey salomón, la auténtica madre de la constitución, de una Grundnorm no meramente hipotética, esto es, de la constitución como momento autopoyético, como “magma de significado” al confuso decir de Castoriadis, es, seguramente, el grupo social que más ha cedido en la consecución de un consenso (por supuesto más allá de la forma en que se haya cohonestado posturas contradictorias) 

Las drogas tienen un depurado sentido de la justicia restaurativa: te quitan exactamente en la misma medida en que antes te habían procurado. 
 

La justicia tiene que ver con el odio pero no necesariamente con el odio al adversario, al contrario, a la otra parte en el juicio… 
 

No pudiendo rebatir que a fuerza de repetirse la injusticia cobra fuerza de ley, apenas me pregunto con horror por qué a la mínima discrepancia van todos al juzgado corriendo como locos.  
 
 
Psicología social de los ideales axiológicos: ¿es qué no saben lo que significa la palabra “justicia”? ummh… ¿tiene que ver con los baños de sangre? 
 
 
 
Los únicos crímenes que uno estaría interesado en comprender (que no en justificar) son aquellos que se han perpetrado con desinterés y por supuesto sin móvil. En lo contrario no podría evitarse hallar el testimonio de quien no ha andado todo lo que debía antes de verse obligado a circular… ¿Qué otra cosa se podría decir entonces del gulag, del holocausto, de las continuas masacres de oriente, del diario asesinato de áfrica, salvo la terrible mentira de que no pertenecen a este mundo o la reconfortante, falsa, peligrosa idea de adjudicarle a unos monstruos o unos locos su autoría? Ay, cuando se ha mirado el cielo demasiado tiempo de rodillas no se acaba de distinguir el rostro de quién habrá de escarmentarnos: enfangarse en justificaciones quiméricas allá en el débil terreno de los motivos, he ahí la forma en que a la transgresión se le permite ser superada en tiempo y en dureza por la penitencia… En ese desfase ya cansino, en este hastío, en esa desproporción, por cierto, anida el más predecible corolario de la más baja servidumbre.
 
 
 

¿coto vedado?


photos: J. G.Cívico
texto: Cívico, J. G.,  "aforismos en word, poemas con autoreverse" valencia, 2012.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

cosas que no se llevaron de casa: a propósito del foro de alternativas europeas en valencia

El pasado día 13 de septiembre se celebró en Fusionart Multiespacio de Benimaclet, el I Foro de Participación Ciudadana organizado por Alternativas Europeas en Valencia.
European Alternatives (EA) es una asociación de la sociedad civil, apolítica, aconfesional y no lucrativa dedicada a explorar el potencial de una cultura política trasnacional. En EA defienden que los retos de la democracia participativa, la igualdad social y la innovación cultural no pueden ser correctamente comprendidos a través de los conceptos y en el marco del estado-nación.
Es por eso que su mirada se centra en el parlamento europeo con el objetivo de promover y apoyar iniciativas civiles de forma transeuropea que promuevan la democracia, la igualdad y la cultura a través de eventos públicos, investigaciones, proyectos juveniles, publicaciones y campañas de una ciudadanía participativa y consciente en una democracia plural y más activa.

Sara Serrano y Mara Gabrielli organizaron y presentaron la jornada con mucho esfuerzo personal e inteligencia


El día 13 éramos unas 20 personas las que nos sentamos a hablar en la cómoda sala de Fusionart, en el I Foro de Participación Ciudadana: algunos ciudadanos hablando de política, de imaginarios y de precariedad. 
Adoración Guamán de la Universitat de València presentó una ponencia titulada "Precarizando la precariedad: una reforma contraria a los trabajadores" y por mi parte pude hablar (en términos elogiosos) de la propuesta de Renta Básica o Ingreso Ciudadano. No sé mucho de economía pero me interesa la cuestión de la desigualdad social, y más ahora que se actualiza (otra vez) la vieja y fea, rancia historia de cómo los ricos roban a los pobres.

Uno mismo con Adoración Guamán, una profesora comprometida, como se decía antes.


Hubo luego una mesa redonda donde fue un placer poder escuchar a José Beltrán hablar de Bourdieu y de los imaginarios sociales. Creo que fue estimulante para todos. Fue sano escuchar a Javier Hurtado (DEMYC) quien aportó el punto de vista más liberal, creo que de forma honesta y sincera. No siempre es un placer discutir. En este caso lo fue. Tenía ganas de escuchar a Demetrio Gómez (FERYP) quien conoce bien la realidad y las posibilidades de la cultura gitana pero además es un tipo valiente y comprometido con las causas que llamamos justas.

El People Power Participation (PPP) es una de los pilares de European Alternatives


¿Qué más? ah, sí, sí, un grupo de (muy) jóvenes ciudadanos presentó una propuesta que llamaron con juvenil inspiración "Benimaclet fá" (Benimaclet hace): una invitación a la autogestión local y a los valores más solidarios más allá de la supervivencia inmediata.

"Benimaclet fá", una propuesta y, en lo que a mí me toca, una lección. Una lección para mí que pensaba que se lo habían llevado todo, que todo se había perdido para siempre arrastrado bajo el lodo de esta estafa obscena cometida a cara descubierta, una lección para mí que no sabía que no había sido así, y por ello me sorprendió, bueno va, me emocionó, ver que los especuladores, los bigotes, los ladrones de esta crisis como rateros ignorantes que dejan colgado en la pared el cuadro de vanguardia pensando que carece de valor, habían dejado, digo, pensando que no valía nada, que era una mierda, que no tenía valor, habían dejado en casa pensando que no tenía valor porque no se puede vender, porque no se puede comprar, habían dejado sin llevarse, digo, la ilusión de cuatro chicos, su dignidad, acaso su esperanza. Un peluquero, un maestro, un trompetista, una chica que empieza un master en Barcelona. Cuatro chicos: un trozo de futuro intacto en casa.


martes, 11 de septiembre de 2012

a imagen de la guerra: un texto de todorov


niños jugando a la guerra


"El verano de 2012, como el de 2011, ha estado sembrado de ecos de guerra, aunque en esta ocasión en un país árabe distinto, Siria, en vez de Libia. Y no son las fuerzas occidentales (las nuestras) las que aplastan al infame enemigo, sino que se trata de una guerra civil de la que, al menos en teoría, no somos más que meros espectadores. La impresión general que saco de mis aproximaciones veraniegas a los medios de comunicación es la de la fascinación ante el espectáculo bélico. Hay una frase que capta y, al mismo tiempo, encarna el estado de ánimo que caracteriza esos reportajes militares; es una frase de la prestigiosa periodista Florence Aubenas. Después de describir un convoy que se disponía a ponerse en marcha para combatir, añadía: “A los lados, los niños forman un pasillo de honor, deslumbrados, tan sobrecogidos de admiración que no osan acercarse a esos hombres”. Dado que la autora no se atreve a hacer ningún comentario sobre ese deslumbramiento infantil, que es una trágica consecuencia del conflicto, el resultado es que se nos está invitando a nosotros —tanto periodistas como lectores— a compartir esa experiencia de asombro.
En la prensa, la fascinación se traduce en una sobreabundancia de imágenes: la guerra es fotogénica. Página tras página, contemplamos las ruinas humeantes de los edificios, los cadáveres expuestos en la calle, los malos a los que llevan a interrogar, con un probable uso de la fuerza, jóvenes hermosos que llevan un kalashnikov en las manos o en bandolera. Las fotos, ya se sabe, provocan una gran emoción, pero, aisladas, no emiten ningún juicio, y su significado es imposible de saber exactamente. La misma complacencia llena los textos que las acompañan: nos alegramos de ver los efectos de un atentado audaz, de descubrir un ejército dispuesto a tomar el poder. “La batalla galvaniza a los rebeldes”, pero es evidente que también a los periodistas. Las fotos muestran los rostros inquietos de los prisioneros y los pies les identifican con sobriedad: “un hombre sospechoso de ser informador”, “un policía acusado de espionaje”; ¿Están todavía vivos en el momento de la publicación? Se hace sin pestañear el retrato de un joven “modesto” cuya especialidad es “suprimir a los dignatarios y a los jefes de los milicianos”. Pero no tiene la culpa: “Es un asesino de asesinos, mata a los que matan”. Los combates y la violencia no solo son fotogénicos, sino mitogénicos, generadores de los relatos más emocionantes, los que nos hacen estremecernos y compartir la experiencia.

Los medios de comunicación no se conforman con representar la guerra, sino que la glorifican
En su gran mayoría, los medios de comunicación no se conforman con representar la guerra, sino que la glorifican; escogen su bando y participan en el esfuerzo bélico. La verdad es que la guerra despierta fascinación casi siempre, quizá porque representa el ejemplo supremo de una situación en la que, en nombre de un ideal superior, estamos dispuestos a arriesgar lo más preciado que tenemos, la vida. A ello se añade la admiración que sienten los espíritus contemplativos por los hombres de acción, a los que se apresuran a convertir en símbolos, y también la atracción que ejerce la violencia, el placer que experimentamos cuando vemos destrucciones, matanzas, torturas. El encanto de la guerra procede asimismo de que es una situación simple, en la que es fácil elegir: el bien se opone al mal, los nuestros a los otros, las víctimas a los verdugos. Si antes el individuo podía pensar que su vida era inútil o caótica, en la guerra adquiere cierta gravedad. De pronto, ya no nos preocupamos por cuestionar la realidad que se esconde detrás de las palabras. ¿Acaso la revolución es necesariamente buena, sea cual sea el resultado? Y en cuanto a la lucha por la libertad, ¿no corre peligro de encubrir un simple deseo de poder? ¿Basta con hablar de derechos humanos, una denominación no controlada, para convertirse en su paladín?
Sin embargo, en esos mismos relatos aparece también otra imagen de la guerra, a poco que vayamos más allá de los grandes titulares y los pies de foto para interesarnos por las descripciones detalladas. Las justificaciones ideológicas, esenciales para desencadenar guerras civiles, después no sirven más que para vestir una lógica más poderosa, la avalancha de represalias y contrarrepresalias, la violencia que sube siempre un escalón más. “No es posible el perdón, esto será ojo por ojo y diente por diente”. “A quienes hayan matado los mataremos”. La intransigencia se vuelve obligatoria, la negociación y el compromiso se consideran traiciones. Las principales víctimas no son los combatientes de uno u otro ejército, sino las poblaciones civiles, que son sospechosas de complicidad con el enemigo, viven en la inseguridad permanente, mueren en ciegas explosiones, huyen de sus casas y sus aldeas, se aglutinan en campos de refugiados instalados en los países vecinos. Las guerras civiles no son nunca un simple enfrentamiento entre dos partes de la población, sino que consagran la desaparición de cualquier orden legal común, encarnado hoy en el Estado, y convierten en lícitas, por tanto, todas las manifestaciones de la fuerza bruta: saqueos, violaciones, torturas, venganzas personales, asesinatos gratuitos.
Este es el futuro probable de esos niños sobrecogidos de admiración."

TODOROV, Tzevan, "La fascinación ante la guerra", en El País, 11 de septiembre de 2012,
traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

Tzvetan Todorov es semiólogo, filósofo e historiador de origen búlgaro y nacionalidad francesa.


 
niños a los que no le divierte la guerra

miércoles, 15 de agosto de 2012

Imágenes del derecho: las metáforas (II). Hoy "la carretilla (the wheelbarrow): imagen del imaginismo"


Nota preliminar:

 

De todos es sabido que las metáforas deben manejarse con precaución, elevar una imagen sobre el texto es agradable al principio pero parece ser que no hay noche sin día, víctima sin verdugo, pasado sin movimiento, gañán sin ruido, amor sin pena, rico sin pobre, arena limpia en la playa ni euforia sin depresión.

 

El peso de la levedad y no sólo de la levedad metafórica, como conocemos por la obra maestra de Kundera, puede resultar insoportable, es más, hay quien añade que metaforizar o metaforizarse uno mismo en exceso (aquí y en El blog de Cívico hemos pecado reiteradamento de ello) permite, precisamente, calibrar del afán restaurativo de la reseca, su carga exacta.

 

Esta entrada está pensada, pues, para ser leída (en su caso) con el fondo bien de la propia voz del poeta, bien del tema dream pop "chinatown" de los wild nothing (suena si se hace clic aquí), bien (en realidad mucho mejor) con ambos a la vez: el primero en bucle y un poco más alto que el segundo.


"(...) Se hace, pues, necesario empezar a superar las concepciones autopoiéicas del mismo (del derecho), que lo presentan como un objeto racional, perfecto y cerrado –algo que se refleja muy bien en la metáfora kelseniana de la pirámide. Más apropiadas resultan otras metáforas, como la de Lon Fuller, que (criticando precisamente la visión geométrica que tenía Kelsen del Derecho), propone concebirlo (según recuerda Atienza: 2006: 46), como la empresa o actividad de construir una casa, donde lo importante no es sólo la carretilla con la que se transporta un objeto con determinadas características formales y estructurales, sino también su contenido, la dirección y la finalidad de la actividad que se lleva a cabo con ese utensilio –y, se podría añadir, quién o quiénes llevan esa carretilla. Atienza (2006: 46) sugiere que en esta analogía predomina más la fisiología que la anatomía y la estructura."  

 

RUIZ RESA, Josefa Dolores, "Democratizar la ciencia jurídica (cómo se puede conjugar un saber dogmático con las exigencias de la inteligencia colectiva)”, en Cuadernos Electrónicos de Filosofía del Derecho, nº 23, 2011, p. 7.



 
Bibliografía

ATIENZA, Manuel, El Derecho como argumentación, Barcelona, Ariel, 2006.





so much depends






upon




a red wheel




barrow 

  

glazed with rain



 water





beside the white





chickens


 


William Carlos Williams "The Red Wheelbarrow" (1923)





Etiquetas: Derecho, Imaginismo, Kelsen, Manuel Atienza, metáforas, poesía, Ruiz Resa, William Carlos Williams