La canción se titula "A movement between these two" y aunque el video sea francamente disuasorio (parece el anuncio de una bebida refrescante) e incluso resulte un tanto indigesta la presentación espíritual y el aroma higiénico-hippie-pijo-gospeliano que del disco hacen en las redes sociales (twitter) sus autores (un sexteto madrileño), lo cierto es que esta canción, una de las mejores del año pasado, es, como últimamente se acostumbra a decir, "una fantástica pieza de orfebrería pop". Un tema desbordante de encanto, entusiasmo y unos hallazgos instrumentales que no se le habrían ocurrido ni a Arcade Fire. Siete minutos de armonías e intensidades crecientes (especialmente desde el mínuto 4 hasta el final) con una voz cantando en un inglés más que solvente felices melodías abigarradas. Cabe todo: percusión, viento, guitarra, acordeón, ukelele y hasta coros infantiles al parecer perfectamente afinados. Todo un alarde, en fin, de imaginación musical.
martes, 29 de marzo de 2011
Hola a todo el mundo
La canción se titula "A movement between these two" y aunque el video sea francamente disuasorio (parece el anuncio de una bebida refrescante) e incluso resulte un tanto indigesta la presentación espíritual y el aroma higiénico-hippie-pijo-gospeliano que del disco hacen en las redes sociales (twitter) sus autores (un sexteto madrileño), lo cierto es que esta canción, una de las mejores del año pasado, es, como últimamente se acostumbra a decir, "una fantástica pieza de orfebrería pop". Un tema desbordante de encanto, entusiasmo y unos hallazgos instrumentales que no se le habrían ocurrido ni a Arcade Fire. Siete minutos de armonías e intensidades crecientes (especialmente desde el mínuto 4 hasta el final) con una voz cantando en un inglés más que solvente felices melodías abigarradas. Cabe todo: percusión, viento, guitarra, acordeón, ukelele y hasta coros infantiles al parecer perfectamente afinados. Todo un alarde, en fin, de imaginación musical.