Antes del deshielo de la Rusia soviética, la prensa local cotidiana estaba dominada por dos títulos: Pravda («la verdad») e Izvestia («las noticias»), que eran en realidad los voceros del partido comunista.
El humor moscovita insinuaba que en «La verdad» no podía encontrarse ninguna noticia y que en «Las noticias» no había ninguna verdad.