domingo, 27 de enero de 2013

imágenes del desahucio: periodismo humano



"hacer el bien como hacer el mal no son expresiones contradictorias, sino contrarias, es decir, es posible pensar que ambas estén muchas veces fuera de lugar"
En CÍVICO, J. G., Aún no he leído nada de Mo Yan pero hace tiempo que le sigo, Massarojos-Massachussets University Press, 2012.


Teníamos ganas de recoger en este blog algunos de los comprometidos reportajes de "Periodismo Humano". Lo hacemos ahora, a propósito de las "imágenes del desahucio", imágenes, algunas de ellas, resultado no de una interpretación estricta de la norma, sino más bien de una interpretación limitada,  gañana e ignorante de interpretaciones más trabajadas, aquellas que podrían haber apelado al fin de la norma, a las circunstancias del tiempo de su aplicación, a su relación con otras normas de nuestro amplio, dúctil también, ordenamiento jurídico.

Las fotografías sobre desahucios de Olmo Calvo ganan el XVI premio Luis Valtueña
en Periodismo Humano (1)


"El jurado coincidió de forma unánime en premiar las instantáneas de Olmo Calvo sobre la ejecución de varios desahucios en España. Las fotografías de Calvo se tomaron en distintos barrios de Madrid y relatan las fases de un desalojo hipotecario, desde la personación del representante judicial, la llegada de la policía y la expulsión definitiva de la vivienda hasta la puesta de nuevo en el mercado del piso desalojado. Se trata de un trabajo pegado a la actualidad nacional que refleja la extrema vulnerabilidad en la que viven miles de personas en nuestro país, que ven como sus derechos más fundamentales, como el derecho a la vivienda, quedan en papel mojado.
"Las fotografías de los desahucios de OlLuis Valtueña"
El premio obtenido por Olmo Calvo,  editor gráfico y miembro del colectivo del periódico Diagonalconsiste en una beca de trabajo de 6.000 euros destinada a la realización de un proyecto fotográfico en una de los ámbitos de trabajo de Médicos del Mundo. Este premio se convoca anualmente en recuerdo de Luis Valtueña, Flors Sirera, Manuel Madrazo y Mercedes Navarro, cooperantes de Médicos del Mundo asesinados en Ruanda en 1997 y Bosnia en 1995 cuando trabajaban en proyectos de acción humanitaria.
Luis Valtueña era fotógrafo de profesión y en España trabajaba como reportero en la Agencia Cover, motivo por el cual este Premio lleva su nombre.  En estas catorce ediciones, el premio se ha convertido en un referente de la fotografía humanitaria y en su papel de acercar una realidad, a veces esperanzadora, a veces aterradora, pero ante la que no se puede permanecer indiferente. En los dieciséis años de vida del premio, centenares de fotógrafos procedentes de todo el mundo han presentado sus instantáneas para transmitir esta realidad.
Más información sobre el Premio en la web de Médicos del Mundo.
“Victimas de los deshaucios” de Olmo Calvo.
El imparable aumento de los desahucios es una de las consecuencias, junto con el desempleo, mas evidentes de la crisis económica actual en España. Desde el año 2007 hasta la actualidad se han realizado más de 185.000 desahucios de los cerca de 375.000 expedientes de ejecución hipotecaria iniciados. En la mayoría de los casos las personas desahuciadas son familias sin recursos, autóctonas o inmigrantes, que perdieron sus trabajos y no pudieron seguir pagando sus hipotecas.
Un policía municipal hace guardia frente al piso de Lamín momentos antes de su desahucio mientras activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca hacen el signo de la victoria desde la ventana de la casa. Lamín es un inmigrante procedente de Mali que llegó a España en el año 2005. Fue desahuciado el 18 de enero de 2012 en el barrio de Usera en Madrid.
Decenas de vecinos del barrio de Lavapiés en Madrid protestan frente a los policías nacionales que tienen bloquedada la calle donde desalojan a las familias de Uddin y Hafiz. Uddin y Hafiz son dos inmigrantes de origen bengalí que compraron su vivienda en el año 2007 para vivir junto con sus familias y fueron desahuciados el 9 de mayo de 2012.
Mónica Ramos y su marido Javier Narváez, inmigrantes ecuatorianos, leen la orden de desahucio en el salón de su casa mientras esperan la llegada de la comisión judicial el 22 de febrero de 2012 en el barrio de Canillejas de Madrid.
Antonio Tomás sujeta la llave de su casa horas antes de ser deshauciado. Antonio Tomás en un inmigrante originario de Guinea Bissau que llegó a España en 2006. En el años 2009 compró un piso en Leganés, Madrid, después de trabajar durante años en la construcción. Fue desahuciado el 14 de diciembre de 2011.
Uno de los compañeros de piso de Antonio Tomás observa por la ventana el despliegue policial y la concentración de protesta por su desahucio momentos antes de ser desahuciado. Leganés 14 de diciembre de 2011.
Un policía nacional sube por las escaleras del edificio donde vivía Abdul Rahim Diallo al frente de la comisión judicial para ejecutar su desahucio. Abdul, originario de Guinea Conakri era trabajador de la construcción en Madrid y compró un piso en Parla. Después de perder su trabajo no pudo seguir pagando su hipoteca.
Loli se tapa la cara delante de la comisión judicial después que le notificasen que su madre Antonia, ella y su hermano iban a ser desdahuciados en ese mismo momento de su casa en Getafe. Antonia, una mujer de 70 años y con problemas cardiacos, dejó de pagar el alquiler social de su piso gestionado por la Comunidad de Madrid en el año 1994. El Instituto de la Vivienda de Madrid tramitó su desahucio.
Policías nacionales entran en el interior del piso de Antonio Tomás al frente de la comisión judicial para desahuciarle. Leganés 14 de diciembre de 2011.
Abdul Alí y Aquter Hoffain, hermanos y originarios de Bangadesh, momentos después de ser desahuciados llevan sus pertenencias con la ayuda de varios amigos a la casa de un familiar. Abdul Ali y Aqter Hoffain vivian con sus esposas y siete hijos entre los dos matrimonios en un piso de la calle Zurita. Viven desde hace 7 años en Madrid. Fueron desahuciados el 2 de febrero de 2012.
Una mujer pasa frente al escaparate de una inmobiliaria donde ofrcen pisos procedentes de desahucios. Barrio de la Elipa, Madrid, el 5 de marzo de 2011

Más información sobre Stop Desahucios en Periodismo Humano


http://periodismohumano.com/economia/las-fotografias-sobre-desahucios-de-olmo-calvo-ganan-el-xvi-premio-luis-valtuena.html

miércoles, 9 de enero de 2013

aullido: el censor hizo al revés su trabajo


I saw the best minds of my generation destroyed by madness, starving
  hysterical naked,
dragging themselves through the negro streets at dawn looking for an angry
  fix,
angelheaded hipsters burning for the ancient heavenly connection to the
  starry dynamo in the machinery of night

(...)
Ginsberg, Allen "Howl"



En el llamado “mundo anglosajón”, los juicios por obscenidad de determinadas obras literarias motivo de escándalo (sexual) fueron una constante durante el siglo pasado. Los casos contra Joyce o contra Henry Miller no constituyen sino el desarrollo, hoy a partir de “casos ya ilustres”, de una vía explorada en el pasado por el sistema judicial continental una vía que se remonta bastante más allá de la conocida y europea marcha inquisitorial bajomedieval.

La insistencia jurisprudencial norteamericana en el alcance de libertad de expresión y en los derechos asociados a ella (un conjunto de libertades “en la médula” de la democracia como ha descrito muy bien Roberto Gargarella) paralela a la selectiva fineza de la piel de gran parte de la ciudadanía conservadora americana (a la que no les parecen obscenas las masacres de población civil outdoor ni el hecho indoor de que en los armarios del país descansen 300 millones de armas bien cargadas); la insistencia jurisprudencial en la primera enmienda, decía,  permitió que muchos de esos juicios terminaran con veredictos coincidentes en señalar algo así como que a pesar del  "alto grado de lenguaje obsceno o brutal" que contenían los libros encausados, éste no eran propiamente obscenos. Metido el juez a crítico literario, los veredictos acababan las más de las veces reconociendo la importancia literaria y cultural del objeto-libro escándalo de la moral (de una moral social dominante pero de una moral social muy concreta) que aparentemente provocó el litigio y dejando al escritor en libertad sin cargos y en idónea disposición (por una curiosa justicia poética) de recoger los réditos económicos o en términos de popularidad y difusión del libro motivo del escándalo. 

Lucien Carr, Jack Kerouac, Allen Gisnberg, William Burrough: beatniks

Fue el caso de Aullido (Howl) la excusa en la entrada de hoy, el feroz poema de Allen Ginsberg, y  de forma mucho más ardua, el de otro autor beat: en 1965 “El almuerzo desnudo” el libro de William Burroughs fue condenado en primera instancia por su “claro contenido obsceno, pornográfico e inmoral" prohibiéndose su venta y distribución en Massachussetts.  Apoyándose en la primera enmienda de la constitución de EEUU, Grove Press recurrió la sentencia ante el Tribunal Supremo que emitía, un año después un veredicto en el tono del párrafo anterior: reconociendo la importancia literaria y cultural del texto pero también, en lo que le resultaba más propio del alto tribunal, los amplios límites del derecho a la libertad de expresión.



"El exterminador hizo bien su trabajo", publicado hace unos años en España por la interesantísima editorial La Felguera Ediciones en su colección, Narrativas del Desorden, recoge las intervenciones de Norman Mailer y Allen Ginsberg, auténticos iconos de la contracultura, durante el juicio de Boston. Ambos, haciendo uso de una enorme elocuencia y agilidad, muestran hasta qué punto lograron descifrar el código que subyace en la escritura y el pensamiento de Burroughs.

"El almuerzo desnudo" contiene alusiones a la droga y al proceso de destrucción del toxicómano, pero también fantasías sexuales, necrofilia y hasta canibalismo. "Sin embargo, lo que vinieron a señalar Mailer y Ginsberg es que, en realidad, el acoso judicial atacaba a la "Enfermedad", pero no exactamente la producida por la droga o los alucinógenos, sino a la que peligrosamente conduce el pensamiento rebelde y vírico del que la obra y el estilo de este irreductible escritor fueron testimonio, porque “Burroughs nos ha enseñado que la mierda no es solamente la droga, sino que el sistema en que vivimos está hecho de ella” (1)
.


"A comienzos de 1963 un librero de Boston fue detenido y conducido a comisaría. Su delito: vender una obra considerada como obscena y, por tanto, contraria a la ley. Se trataba de El almuerzo desnudo de William Burroughs. Ante esta situación, la editorial Grove Press, de forma hábil, decidió personarse en el proceso legal como perjudicada. El juicio, entonces, ya no sería contra un librero aislado, sino contra el libro mismo y su autor. La obra de Burroughs no sólo había adquirido la forma de un seísmo, sino que ahora se experimentaban sus réplicas.
El almuerzo desnudo fue prohibido y secuestrado en Boston, iniciándose en 1965 un proceso judicial de gran repercusión. Se trató de uno de los últimos ejemplos de censura y secuestro editorial en el mundo anglosajón bajo la acusación de tratarse de una obra contraria a la moral." (2)

Howl explora la vida y obra de Allen Ginsberg, poeta estadounidense del siglo XX. Construida en una forma no lineal, la película yuxtapone acontecimientos históricos con una gran variedad de técnicas cinematográficas. Se reconstruye la vida de Ginsberg durante los años 1940 y 1950 (según lo retratado por James Franco). También revive la presentación de Howl en la Six Gallery el 7 de octubre de 1955 . La lectura de Howl fue la primera manifestación importante al público de la Generación Beat, y ayudó a anunciar la revolución literaria de la costa oeste que se conoció como el renacimiento de San Francisco. Además, algunas partes del poema se interpretan a través de secuencias animadas. Finalmente, estos eventos se yuxtaponen con imágenes en color del juicio por obscenidad celebrado en 1957 en San Francisco, contra el poeta y el cofundador de City Lights Bookstore Lawrence Ferlinghetti que fue la primera en publicar "Howl" con el nombre de Howl and Other Poems.


“Howl” (Epstein, Friedman, 2010) es sólo una discreta película que pudimos disfrutar ayer, pero cuenta con un gran y esforzado actor (James Franco), una emotiva lectura del poema de Ginsberg, sale Jon Hamm (Donald Draper, el estupendo personaje de Mad Men) y, en lo que nos interesa aquí,  recoge algunos fogonazos de la poderosa argumentación del abogado y de la acompasada motivación del veredicto del juez a favor de la libertad, del derecho del bueno de Allen Ginsberg ha poetizar su ira, con las palabras, con los sonidos, con las imágenes que había considerado que aullaban mejor.



Por cierto, la auténtica obscenidad:Hiroshima 1945


(1) El exterminador hizo bien su trabajo. Juicio contra William Burroughs, La Felguera Ediciones, colección, Narrativas del Desorden, Madrid, 2010.
(2) Ibidem.