"(...) Por ello mismo, la disposición estética se define también,
objetiva y subjetivamente, en relación con otras disposiciones: la distancia
objetiva con respecto a la necesidad y a los que se encuentran envueltos en ella
se acompaña de un distanciamiento intencionado que duplica la libertad por medio
de la exhibición. A medida que aumenta la distancia objetiva con respecto a
la necesidad, el estilo de vida se convierte cada vez más en el producto de lo
que Weber denomina una ‘estilización de la vida’, sistemático partido que
orienta y organiza las prácticas más diversas, ya sea la elección de un vino por
el año de su cosecha y de un queso, ya sea la decoración de una casa de campo.
Como afirmación de un poder sobre la necesidad dominada, contiene siempre la
reivindicación de una superioridad legítima sobre los que, al no saber afirmar
el desprecio de las contingencias en el lujo gratuito y el despilfarro
ostentoso, continúan dominados por los intereses y las urgencias ordinarias: los
gustos de libertad no pueden afirmarse como tales más que en relación con los
gustos de necesidad, introducidos por ello en el orden de la estética, luego
constituidos como vulgares. Esta pretensión aristocrática tiene menos
probabilidades que cualquier otra de ser discutida, puesto que la relación de la
disposición ‘pura’ y ‘desinteresada’ con las condiciones que la hacen posible
(…) tiene todas las posibilidades de pasar desapercibida, teniendo de este modo
el privilegio más enclasante: el privilegio de aparecer como el que tiene más
fundamento por naturaleza (...)”
BOURDIEU, Pierre, "Títulos y cuarteles de nobleza cultural", La distinción. Criterios y bases sociales del
gusto, trad. M. Ruíz de Elvira, Taurus, Madrid, 1988, p.53.
(...) El Centro Andaluz de la Fotografía (CAF) exhibe por primera vez en España una exposición de más de un centenar de fotografías del neoyorquino Larry Fink, cuya obra se define por el reportaje social en blanco y negro con una particular utilización del flash. La muestra, titulada "Body and Soul" en alusión a una canción de Billie Holiday, permite realizar un recorrido retrospectivo a través de su dilatada obra, centrada en la captación de la intimiodad del ser humano en diferentes circunstancias, lo que lo define como maestro del reportaje social. La exposición intercala imágenes de celebridades con esmoquin y vestidos de noche durante fiestas exclusivas con escenas cotidianas protagonizadas por personas de clase obrera, o instantáneas tomadas en pequeños gimnasios de boxeo, siempre con el ser humano como protagonista. La técnica utilizada por Fink (Nueva York, 1941) -que colabora regularmente con revistas de gran prestigio como Vanity Fair, W, GQ, Detour, Rolling Stone, The New York Times Magazine y The New Yorker- está basada en la utilización de una luz de flash más puntual sobre una imagen, con un ángulo abierto y una cuidada composición, lo que aporta a la fotografía en blanco y negro un marcado aspecto pictórico de claroscuro. El comisario de la muestra, Alain D´Hooeghe, ha señalado que es precisamente la utilización de esta técnica de flash, que permite revelar solamente aquello que interesa y que permanece oculto en la penumbra, lo que diferencia a Fink de a otros fotógrafos dedicados también al reportaje social.
Asimismo, ha destacado que su obra refleja un "amor hacia el ser humano", incluso en aquellas ocasiones en las que utiliza su fotografía como crítica. El director del CAF, Pablo Juliá, ha recalcado que "lo que le interesa a Fink son las personas, enmarcarlas en diferentes contextos y hasta en las circunstancias más increíbles", con un modo de trabajar el reportaje social "muy diferente".
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Photo: Larry Fink "Social Graces"