lunes, 26 de mayo de 2014

La repentina conciencia de la simetría de la devastación (una entrada en el Hype)









Estar lleno de vida cuando todo fuera ha quedado devastado: Lore (Shortland, 2012) o la desolación exterior.








Estar devastatado por dentro en un mundo lleno de vida: Oslo, 31 de agosto (Joachim Trier, 2013) o la desolación interior.

domingo, 18 de mayo de 2014

Patologías de la imagen: homenaje a Román (al otro Román)


PATOLOGÍAS DE LA IMAGEN


1. LOS MEANDROS DE LAS IMÁGENES


IMÁGENES OFENSIVAS


No sólo en épocas remotas dominadas por la superstición fueron las imágenes figurativas percibidas con temor, acatamiento aversión u odio por las gentes. En el nacimiento de la edad de la razón gran parte de las estatuas de la catedral de Notre-Dame de París, que representaban figuras coronadas de reyes del Antiguo Testamento, fueron destrozadas durante la Revolución Francesa, en la creencia de que representaban a los reyes de Francia.

En 1867, la censura impidió de Manet exhibiese su Ejecución de Maximiliano, un fusilamiento que conmocionó a los franceses, pues este efímero emperador fue impuesto a México por Napoleón III en 1864.


Fusilamiento de Maximilano, Manet, 1867

Sobre este regicidio pintó Manet tres cuadros y un bosquejo al óleo, con una composición inspirada en Los fusilamientos del tres de mayo de Goya. 

De hecho el título del cuadro es responsable de su anclaje semántico, por utilizar una expresión de Barthes, pues los soldados aparecen fusilando a alguien que, por el título explicitado, sabemos que no es un cualquiera, sino el emperador enviado por Francia a México, junto a otros dos dignatarios. Y la obra de Manet fue prohibida a pesar de la frialdad documental de la representación, que evacua toda connotación política y hasta emocional de la acción, prescindiendo de la expresión y gestualidad patéticas que Goya utilizó en cambio con tanta eficacia en sus cuadros.


Los fusilamientos del 3 de mayo,  Goya, 1814.


Al crearse en noviembre de 1912 el British Board of Film Censors, para censurar las películas cinematográficas que pretendían exhibirse en el Reino Unido, sus dos únicas normas explicitadas fueron la prohibición del desnudo y de la representación de Jesucristo.



Este curioso y aleccionador emparejamiento de tabúes, sacro uno y profano el otro, resultaba llamativo si se tiene en cuenta que ambos temas habían sido objeto de tratamiento exhaustivo en la pintura y la literatura.
Poco después, algunos cuadros del británico Cristopher Nevinson, que representaban escenas bélicas en la Primera Guerra Mundial, fueron censuradas por las autoridades al considerarlos "desmoralizadores".

Paths of Glory, Cristopher Nevinson, 1917

Román Gubern, Patologías de la imagen, Anagrama, Barcelona, 2004, pp. 7-9.



Las imágenes pueden ser espacios de conflicto o de confrontación ideológica o moral, representaciones agresivas, ofensivas o heteredoxas, susceptibles de molestar, irritar o escandalizar a algunas personas, que a veces poseen poder para prohibirlas o confiscarlas.

Román de la Calle (imagen grande)

lunes, 5 de mayo de 2014

Pogo by Dan Witz: Hiperrealismo punk


Pogo (informal):
"Jump up and down as if on a pogo, typically as a form of dancing to certain types of rock music, especially punk".
Oxford Dictionary




En La norma y la imagen hemos podido dedicar algunas entradas tanto al arte callejero (street art) como a la música punk. En lo que sigue recogemos el artículo que Toni García dedica hoy en El País a la exposición de pinturas hiperrealistas de Dan Witz que se puede ver estos días en la Galería Jonathan LeVine de Nueva York:



"El pogo es un baile, casi una ceremonia, que en los años álgidos del punk y el hardcore, cuando el CBGC estaba en su apogeo y bandas como Agnostic front, Minor threat, DRI, Suicidal tendencies o los propio Ramones arrastraban legiones de fans a locales llenos de humo y cerveza, se convertía en un elemento más de la liturgia musical.



Dan Witz


Abrirse paso a empujones, en un ritual intenso que servía para descargar adrenalina, era la esencia del pogo y su final último, y Dan Witz, un artista de calle neoyorquino rendido ahora a la pintura hiperrealista y que cita en sus influencias a clásicos como Bosch o Brueghel tuvo claro como rendirle homenaje: “Llegué a la conclusión de que la pintura era un medio perfecto para representar la locura y la intensidad que conllevaba el pogo y que yo echaba de menos al finalizar mi breve carrera musical, una manera de recuperar esas emociones”.




Dan Witz

El resultado de esa transición entre la pintura y la música, puede verse estos días en las paredes de la galería de Jonathan LeVine en Nueva York City. Allí, en gigantescos frescos, los días de gloria del baile más anárquico que ha parido la música vuelven a la vida y el espectador puede perderse en el enérgico caos que se producía entre la masa que poblaba aquellos conciertos.


El detalle (enfermizo) de la obra de Witz hará las delicias de los fans de bandas como Rage against the machine o System of a down (por no hablar de Merauder o Cold as life), que han cargado con el pogo hasta el siglo XXI, tres décadas después de que leyendas como Black flag o los Dead kennedys lo convirtieran en un rito imprescindible para entender su música.




Dan Witz

Witz, uno de los artistas callejeros más reputados del mundo, reconoce que más allá de la pintura sus referentes son algo más terrenales: “Oír a los Clash, ver a los primeros punks y después descubrir los primeros trenes llenos de grafitis. Todo ello influyó en mi forma de ver la vida, especialmente cuando uno sale de la escuela de arte y cree que el arte contemporáneo nos ha fallado y que es hora de tratar de tomar las calles”. El estadounidense, con 18 libros sobre street-art a sus espaldas, y miles de kilómetros en la mochila encara ahora su segunda exposición en la ciudad de los rascacielos sin renunciar a su visión del mundo. 



El artista sigue el (a veces conflictivo) camino que ha llevado a graffiteros como Futura o Stash de las calles a las paredes de los museos y que ha convertido a tipos tan singulares como Banksy o Kaws (que ahora mismo expone en su obra en el CAC de Málaga hasta el 22 de junio) en objeto del deseo de los coleccionistas de medio mundo. Los cuadros de Witz, inevitablemente nostálgicos si se ha ocupado alguna vez ese círculo donde el pogo es un dios terrenal, servirán para seguir acortando el camino que separa el desmadre de una sala de conciertos de la (forzada) tranquilidad del mundo real."

Toni García, "Cuando el "pogo" es arte", El País, 5 de mayo de 2014



Anónimo Vienés