miércoles, 28 de agosto de 2013

siempre que llueve me pongo a pensar en londres: las relaciones (rastros de carmín II)






Impelidos niños y mayores a la pubertad y a la adolescencia, la madurez ha devenido un tiempo efímero, una extrañeza. Y qué hermoso, hermoso, hermoso hubiera sido poder un día aspirar a alcanzar esa edad para comer tranquilos, pasear tomados del hombro y conversar a salvo del engrosamiento de la voz y de las modas.

Descartes at the window in a rainy day: “Empieza a llover o finge hacerlo”.

Cívico, J. G., Una casa holandesa: nanotextos, cybill shepherd & partners (eds.), Massarrojos, Massachusetts, 2013






Anoche me acordé -siempre que llueve me pongo a pensar en Londres- de la activista Baddy Dolly Jane, activista radical e incorruptible persona, concretamente estaba acordándome, bajo la bendita lluvia de septiembre, anoche, noche de agosto, del "arresto" que llevó a cabo la malvada Jane en la mismísima Tate Modern de Londres del crítico de arte, filósofo y profesor de la Staatliche Hochschule für Gestaltung, Boris Groys, al agudo, divertido, grito de "¡this man has stolen my time!", recordando la educada cara de Groys al ser "arrestado" por una chica de labios rojos y aspecto de haber escuchado a los Sex Pistols a muy tierna edad, pensé, al hilo de todo eso, en todos aquéllos, en todas aquéllas que habían también, de alguna forma, robado mi tiempo, pensaba en Londres y en volver un día a ellas como Baddy Dolly Jane, pistola de agua o de flores en la mano, a éste o a ése, a tal profesor de economía, regresar, pedir cuentas del tiempo robado por aquel señor que hablaba ex cátedra de su cátedra de derechos reales. pedir, no el dinero, -me cago en el dinero- sino el tiempo que me robaron aquellos politólogos especialistas en el compromiso de la UE con la primavera árabe y el Magreb, el tiempo que me robó un congreso sobre Derrida en Murcia, los programas de Punset, el un, dos, tres responda otra vez, el curso sobre la axiología de Hartman, el cantante de love of lesbian, detener, ahora que no llueve en Londres sino aquí, a la mitad del departamento de metafísica y al de Ética por entero,  arrestar a un profesor de alemán jurídico con gafas, pedir que me devuelvan el tiempo que perdí como asesor del ministerio de ciencia y tecnología anunciando a pequeñas y medianas empresas el nuevo evangelio de la red y el comercio electrónico, arrestar el director de mi colegio de curas, detener al Tiempo por el tiempo que dediqué a intentar cambiar las cosas que en realidad no se pueden cambiar, detener, arrestar a una chica en particular (¡this girl has stolen my time!), a todos los tertulianos de todas las tertulias de todas las televisiones de todos los países de todos los planetas de todos los mundos, a Álex de la Iglesia, a Haruk Murakami por el peñazo de "El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas" 世界の終りとハードボイルド・ワンダーランド, a concretos, tiempecidas libros de Antonio Muñoz Molina.
Sin embargo, he acabado en el otro extremo de Londres, y curiosamente en alguien que no ha robado mi tiempo, sino que me ha ayudado a entenderlo un poco mejor. Sigo los rastros de carmín, vuelvo al estupendo libro de Marcus (esta es la entrega II).



"(...) Interpretado por una banda de rock´n´rol de cuatro componentes denominada Sex Pistols la canción destilaba, en una forma crudamente poética, una crítica a la sociedad moderna que ya habían emprendido anteriormente un pequeño grupo de intelectuales radicados en París. Organizado por primera vez en 1952 con el nombre de Internacional Letrista, y refundado con la denominación de Internacional Situacionista en un congreso de artistas europeos de vanguardia que tuvo lugar en 1957, el grupo obtuvo su mayor notoriedad durante la revuelta de mayo de 1968, cuando las premisas de su crítica fueron destiladas en forma de eslóganes poéticos y pintadas con spray en las paredes de París, después de lo cual la crítica cedió ante la historia y el grupo desapareció.

Malcom McLaren: empresario, esto es, artista visual
El grupo volvía la mirada hacia los surrealistas de los años veinte, los dadaistas, quienes habían obtenido renombre durtante y poco después de la Priemera Guerra Mundial, el joven Karl Marx, Saint-Just, varios herejes medievales y los Caballeros de la Mesa Redonda.

Mi convicción es que tales circunstancias son, ante todo, extrañas. El que una crítica aforística y gnóstica concebida por un puñado de profetas de café de la Rive Gauche reaparezca un cuarto de siglo más tarde, trace unos derroteros  luego vuelva a la vida como una nueva serie de exigencias de la cultura, resulta casi trascendentalmente extraño.

situacionismo
Las relaciones entre los Sex Pistols, el dadá y la rimbombantemente denominada Internacional Situacionista (IS) e incluso herejías olvidadas, no es algo que yo me invente (...) referencias a la supuesta relación de Malcom Mc Laren con la "IS" eran moneda corriente en la prensa pop británica pero eso no parecía llevar a ninguna parte.

situacionistas
Sin embargo, todo sonaba interesante (...) comencé a meter las narices por ahí (...) pronto mi intento de sacara alguna conclusión me llevó desde el fichero de la biblioteca de la Universidad de Berkeley hasta el lugar de Zurich donde tuvo lugar el inició del dadá.

Dos años quince mil quilómetros después tenía ante mí los primeros números de Potlach, una hoja informativa de la Internacional Letrista que se puso en circulación en París a mediados de los años cincuenta. En sus páginas mimeografiadas "la crítica de la arquitectura" se presentaba como la clave de la vida. Rebautizado como M. Sing-Sing, el gran arquitecto Le Corbusier era tachado de "constructor de suburbios". Su Ciudad Radiante era calificada de experimento autoritario de ingeniería social, un amontonamiento de "guetos verticales" y "morgues" en forma de bloques-torre; la verdadera función de las celebradas "máquinas para la vida" de Le Corbusier, leía uno en Potlatch, era producir máquinas para que la gente viviera en ellas.

"La decoración determina los gestos -decía la Internacional Letrista- construiremos casas apasionadas".


Grail Marcus, Rastros de carmín. Una historia secreta del siglo XX, trad. Damián Alau, Anagrama, Barcelona, 2011, págs. 27-29.

viernes, 16 de agosto de 2013

"man on wire": apuntes sobre lo sublime en agosto, mes de lo pintoresco


"Toda tesis es una amante excluyente ¿y la vida? ¿no es también de alguna forma una investigación, un deambular febril en pos de la comprobación de cierta hipótesis?"

J. G. C., Una casa holandesa, Gaspar und Hauser (ed.), Dresde, 2013


"Los ojos tienen campo para espaciarse en la inmensidad de las vistas, y para perderse en la variedad de objetos que se presentan por sí mismos a sus observaciones. Tan extensas e ilimitadas vistas son tan agradables a la imaginación como lo son al entendimiento las especulaciones de la eternidad y del infinito".
Joseph Addison, Los placeres de la imaginación (1711)

"Fue increíble"
Philippe Petit

Buscando un bañador en el trastero, he encontrado una vieja libreta de apuntes. Son apuntes, apuntes sobre lo sublime, de las noches de lectura de Rosario Assunto, Naturaleza y razón en la estética del setecientos, (Visor, La Balsa de Medusa, Madrid, 1989) y un libro a modo de manual; Bozal,Valeriano (y otros) Historia de las ideas estéticas y de las teorías artísticas contemporáneas (vol. I). Visor, Madrid, 2000, apuntes sucios hallados antes de ir a la playa, justo cuando la noche anterior habíamos sentido mudos escalofríos imaginando lo que debió ver, lo que debió sentir, Philippe Petit la madrugada de 1974 que cruzó sobre un alambre las ya desaparecidas torres gemelas (el vértigo, el frío, la muerte, el terror, la tormenta sobre Nueva York) habíamos expresado, casualmente, alguna reflexión dedicada al funambulista, reflexión sobre la admiración, sobre lo ligero y la grandeza, o la grandeza sin peso, sobre la pulsión, el desequilibrio, la belleza extrema y lo sublime, al hilo de la estupenda película documental Man on Wire (James Marsh, 2008).


Apuntes:
De Los placeres de la imaginación, Addison: tres cualidades estéticas: grandeza (sublimidad), singularidad (novedad) y belleza. (ilegible) e introduce lo “pintoresco" (...)


Addison: grandeza y lo sublime: punto de partida de Edmund Burke  (A Philosophical Inquiry into the Origin of Our Ideas of the Sublime and Beautiful: 1756). Lo sublime y lo bello son categorías que se excluyen mutuamente (...) de acuerdo con Burke, lo terrorífico es la nota esencial que distingue "lo sublime" de "lo pintoresco. A partir de la negatividad de lo sublime se sanciona el paso de lo pintoresco a lo sublime... (ilegible). El placer que nos aporta lo pintoresco se reduce a un placer más porque en lo pintoresco la imaginación no ejerce ningún tipo de violencia como en lo sublime. 
Resumen para Burke:
sublime = temor controlado que atrae al alma (inmensidad, infinito, vacío, soledad,  silencio); 
Belleza = “amor sin deseo”
Sublime =“asombro sin peligro”.


(...) Kant: las bellas visiones de objetos,"las combatientes figuras del fuego de la chimenea", ejercen un gran hechizo sobre la imaginación. lo pintoresco aparece como una variedad de lo placentero mientras que lo sublime, por ser un sentimiento de placer unido a la visión de objetos o representaciones desagradables tiene el efecto que Burke, recurriendo a una cita de Longino, provoca en el alma del lector (y del observador) un sentimiento de gloria y grandeza interior.


Burke reduce a pintoresco las diableries de los pintores flamencos, no producen estos a serious passion, sólo un divertimento de la razón (de acuerdo con Kant, el que tiene lugar ante objetos no bellos y menos aún sublimes).


Nota: Pseudo-Longino (Περὶ ὕψους ("Sobre lo sublime"): "lo sublime es el eco de un espíritu noble": Nada hay tan sublime como una pasión noble, en el momento oportuno, que respira entusiamo como consecuencia de una locura y una inspiración especiales y que convierte a las palabras en algo divino" (ilegible): "lo sublime reside en la elevación..."


Nota: Kant, Crítica del juicio: placer de "lo sublime" como placer negativo, hallazgo de la Kritik der Urteilskraft, el sentimiento de lo sublime "no se puede unir al encanto ya que el espíritu no sólo es atraído por el objeto sino sucesivamente atraído y rechazado, el placer (Wohlgefallen) de los sublime no sólo es atracción positiva (Lust) sino que sobre todo contiene admiración y respeto, es decir, habría que definirlo como un placer negativo...·
Retener: moderno desarrollo kantiano, fundado en la "infinitud" y la "suspensión".


"El objeto, en cuanto sublime, es recibido con un placer (Lust) que sólo es posible mediante un displacer..." (rodeado de un círculo naranja: memorizar ¡importante!)


El concepto de lo sublime como placer negativo que Kant había intentado definir empíricamente ya en Beobachtungen über das Gefühl des Schönen und Erhabenen ("Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime", 1764) se fundamentaba en la distinción entre oposición real y oposición lógica...


jueves, 8 de agosto de 2013

a propósito de phineas: el hombre que ya no era él


"Sí, no, nadie es uno mismo".
J. G. C. Ginebra, Hannah y sus hermanas (editoras), Godella, 2013.



"Uno de los casos neurológicos con mayor frecuencia citados para hablar de conducta y cerebro es el de Phineas Gage. En 1848, con 25 años de edad, Gage sufrió un accidente mientras trabajaba como capataz en la construcción del ferrocarril. Tras una explosión no controlada (por descuido) una barra de hierro, (¡del tamaño de una escoba!), le atravesó el rostro y la cabeza, entrando por la mejilla izquierda y saliendo al exterior a través del cráneo.


El lóbulo frontal fue completamente atravesado. La magnitud de la lesión, en términos de la zona lesionada, fue tal que el hecho de sobrevivir y estar de nuevo en pie y “curado” tras dos meses se consideró digno de estudio. No obstante, en poco tiempo Gage empezó a mostrar cambios en la personalidad tan notables que de él podía decirse con razón “ya no es él”, cayendo en desgracia entre sus conciudadanos.
Phineas P. Gage (1823 – 21 de mayo, 1861) obrero de ferrocarriles y atracción de feria. En el retrato lleva la barra de hierro que le hizo famoso.

La idea que nos interesa es cómo se explicaron los cambios de comportamiento a partir de la existencia de un traumatismo cerebral en una concreta zona. Existía una lesión localizada y quien la padecía consiguió, tras las curas, conducirse con “normalidad” en muchas cuestiones pero, desde luego, no en otras. Este hecho contribuyó a sedimentar la idea de correlación entre el funcionamiento del lóbulo frontal y la ética ya que el cambio consistió en pasar de ser, por lo visto, muy amable a un completo grosero maleducado."

Maribel Narváez Mora "El impacto de la neurociencia sobre el derecho: el caso de la responsabilidad subjetiva", Revista Telemática de Filosofía del Derecho, nº 15, 2012, pp. 195-230.



Gage acabó en un circo, después de que le despidieran de su antiguo trabajo por no ser ya él, por haberse vuelto un tipo huraño y discutidor.

Aún es posible entresacar lo que ocurrió a partir del relato que el doctor Harlow preparó 20 años después de comprobar que la recuperación física de Gage fue completa.



En palabras del propio Harlow:

 "El equilibrio entre su facultad intelectual y sus propensiones animales se había destruido (...) Tras pasar la fase aguda, Gage se volvió irregular, irreverente, blasfemo e impaciente. A veces era obstinado cuando le llevaban la contraria, pero pese a que continuamente estaba pensando en planes futuros (...) los abandonaba mucho antes de prepararlos, y era muy bueno a la hora de encontrar siempre algo que no le convenía (...)".

Todo esto contrastaba por supuesto con el hecho de que previamente al accidente era un hombre dulce, controlado, un tipo majo, un ser agradable, lo que se dice bueno y responsable.



martes, 6 de agosto de 2013

analyzing trier: unas líneas de daniel e. florez


De esos post en facebook seguidos de muchos “me gusta” y ningún comentario ¿podría decir también aquel eremita desilusionado del que hablara el autor de Jenseits von Gut und Böse, aquello de  “esperaba oír un eco, y no oí más que alabanzas”?


Kant: “La ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad. Él mismo es culpable de ella…” Hombre Emmanuel ¿culpable él mismo? ¡Emmanuel, fistro! ¿Pero qué culpa puedo yo tener si nasí en los arrabales?


J. G. Cívico, Aforismos en Word, poemas con auto-reverse, Silver, Little & Cup (Eds.), Cádiz, 2013.




Me gustan las redes sociales, parafraseando a Bernardo Soares, desasosegado heterónimo de Pessoa, creo que es un esfuerzo por hacer real la sociedad; la amistad por afinidades, la posibilidad de compartir una imagen, una fotografía, leer y dar a conocer opiniones, impresiones sobre inquietudes y cosas  que le interesan a uno, permite gratos descubrimientos, como el de este excelente profesor de derecho de Cartagena de Indias, máster en psicoanálisis en la Universidad de León, abogado y experto en sociología y crítica jurídica, autor de un buen número de artículos en el cruce del psicoanálisis lacaniano, el derecho y la sociología, Daniel E. Florez tiene también un trabajado gusto en cuestión de imágenes. Le pedí permiso para subir apenas unas líneas de la generosa costumbre de Daniel, de compartir lo que lee, lo que ve y lo que piensa por la red.


"Lo que separa Dogville (Von Trier, 2003) de Manderlay (Von Trier, 2005) es el gran paso que separa la Ética Cristiana de la Ética Kantiana... el resultado es conocido por todos, la primera se consuma en el siervo auto-inmolado por la bondad humana, y la segunda proyecta tras su universalidad una obscena y siempre patológica voluntad de dominio. 

Las imágenes de Grace en Dogville, queriendo vivir por la virtud recuerdan las páginas de aquel tratado de ética publicado un año antes de la Crítica de la Razón Práctica (Kant) y que llevó por título "Justine o los infortunios de la virtud" del gran Marqués de Sade. 




Ncole Kidman como Grace en Dogville (Trier, 2003) primera de la trilogía -aún por terminar- que el cineasta danés dedica a EEUU como "tierra de oportunidades"

Bryce Dallas Howard imponiendo la libertad a los esclavos de Manderlay, plantación algodonera en Manderlay (Trier, 2005)

Las imágenes de Grace en Manderley, tratando de imponer el humanismo promovido por el sapere aude, llevando la democracia a todo el mundo siempre de la mano de la violencia y de sus formas jurídicas recuerda la actitud de la ONU (EEUU) sembrando la justicia siempre con una mano en el rifle y la otra en la Constitución... 

Sin embargo, en el panorama falta ahora una tercera postura ética (y curiosamente falta una película para finalizar la prometida trilogía de Von Trier sobre América) me refiero al relativismo posmoderno asociado con la variante más reaccionaria de los Estudios Culturales y su Ética de la Diferencia..." (1)


(1) Daniel E. Florez Muñoz, profesor y jurista crítico

domingo, 4 de agosto de 2013

we must become the pitiless censors of ourselves: filósofo en hawai

I know it's been so long since we saw each other last

i'm sure we'll find some way to make the time pass


hey moon
it's just you and me tonight

everyone else is asleep
Hey Moon, John Maus 


"A menudo miro con afecto a las estrellas. Manipulo cosas gracias a los pulgares (oponiéndolos) y hago como que se las enseño. Creo que no soy de los que les gusta orinar justo debajo de la luna. Saludo al sol por la mañana. Suelo darle el pésame a la aurora por su hijo. Hay noches que aplaudo al firmamento delante del vecino. Si llueve piso por los lados. Orillo en el monte las nevadas por no ensuciar. Si hay niebla tacto con el índice el hilo de la bruma antes de entrar, avanzo en ella a tientas muy discreto, los ojos achinados, y si veo algo pronto bajo la mirada avergonzado.
No, no soy uno de esos tipos ridículos, definitivamente".
J. G. Cívico, Una casa holandesa,  Plutón (Ed.),  Barcelona, 2013


"No pienso dimitir. No me siento culpable de nada"
Legion




John Maus es doctor en filosofía y un músico extraordinario y aunque no lo conozco personalmente, creo que de aquellos que sienten que elaborar uno, encerrado uno, elaborar, pensar y repensar, uno, solo en casa, una compleja teoría sobre las efímeras posibilidades, sociales y musicales, del punk, es más excitante que andar jaleando a este o a ese defraudador de hacienda, más divertido que hacer cola para revolcarse en un cementerio de colillas en primera linea de la playa, más agradable que escuchar un informativo (?) en la televisión española, que hablar de gin tonics o que promocionar un disco de gira por Hawai.

"Hey moon" fue un himno personal, mío, el año pasado. Lo escuchaba diariamente en el tren de camino a la universidad para repasar el trabajo de ese día, me gustaba mucho, bastante por encima de esas canciones de Maus, músico electrónico, autocontrolado, explorador del pasado, músico de tono solitario a la Ian Curtis, letrista de temas a modo de eslóganes ("do your best" "rights for gays"), me gustaba mucho más que esos temas-eslóganes, canciones sintéticas y de sintetizador cuyos títulos, entre la ética y la épica normativa, quizás justificarían mejor su entrada en este blog sobre normas e imágenes de normas.



Quizás mejor hacerlo (justificar la breve entrada aquí, blog sobre normas, de este músico-filósofo) como frontispicio de algún tratado, aún por escribir, por escribirlo alguien (yo no, no yo) sobre la posibilidad (aunque parezca que nunca, aunque parezca siempre que no), sobre la posibilidad, aún por explorar, de asunción de responsabilidades políticas, sea en Italia, sea en EEUU, sea en su casa, sea en la mía, sea si se quiere aquí, en España, en Cainland.

Los que no somos culpables de la crisis, tenemos, sin embargo, responsabilidades políticas. ¿Cuáles? 
Hasta que lleguen las de ellos, las de nosotros mismos: auto-observación, observación sin indulgencia, de la tendencia, la nuestra, a la mezquindad, a la tontería, al olvido de la obligación, obligación si no de premiar y castigar lo que vemos, al menos sí de responder de lo que vemos, vigilancia de nosotros mismos, de la hobbesiana, española también, tendencia hacia la estulticia, hacia el rencor que nos beneficia, inclinación española a la vulgaridad, al empujón, a la envidia, a la vanidad, a la mediocridad y a otras bajezas, bajezas todas a las que estamos todos (especie obliga) diariamente convidados.

Como el título del tercer álbum de este músico electrónico, profesor de filosofía en Hawai: we must become the pitless censor of ourselves.


John Maus, Austin, Minesota, 1980.